Altos cargos de Nissan anunciaron que devolverán parte de su sueldo para asumir la responsabilidad por el escándalo de las inspecciones irregulares en las plantas de la empresa, que causó la llamada a revisión de más de un millón de vehículos.
El consejero delegado del fabricante automovilístico nipón, Hiroto Saikawa, anunció esta medida en una rueda de prensa convocada para presentar las conclusiones de la investigación interna conducida por Nissan, con el objetivo de esclarecer las causas del problema y corregirlo.
Las inspecciones de seguridad de los vehículos producidos en sus plantas niponas fueron realizadas por personal sin la cualificación necesaria durante al menos treinta años, explicó Saikawa, quien achacó estas irregularidades sistemáticas a la carencia de personal con la acreditación exigida.
La responsabilidad recae principalmente «en los jefes de las fábricas y en la directiva de la empresa», dijo el consejero delegado en la rueda de prensa celebrada en la sede de Nissan en Yokohama (sur de Tokio).
Por ello, Saikawa y los otros miembros de la junta directiva han decidido «renunciar de forma voluntaria a una parte de su salario» desde el pasado octubre y hasta el próximo marzo, cuando concluirá el ejercicio fiscal en curso.
Saikawa no quiso revelar las cantidades concretas que devolverán los directivos, y afirmó que la empresa «debe de hacer todo lo posible por recuperar la confianza de los consumidores».
Después de que el problema saliera a la luz a finales de septiembre, la compañía llamó a revisión a 1,2 de automóviles en Japón e interrumpió la producción de sus vehículos en el país durante casi tres semanas, lo que causó un desplome de sus ventas domésticas de en torno al 50 por ciento en octubre.
Esto ya ha tenido un impacto en las cuentas del segundo mayor fabricante japonés del sector -y primero del país y del mundo si se tienen en cuenta las ventas conjuntas de la alianza Nissan-Renault-, cuyas ganancias netas y beneficio operativo retrocedieron durante el primer semestre del año.
Para corregir las irregularidades, que únicamente concernían a la normativa nipona y sólo tuvieron impacto sobre su producción nacional, Nissan modificará sus instalaciones y procedimientos de inspección de forma que éstas solo puedan ser realizadas por el personal debidamente cualificado.
El escándalo de Nissan se suma a una sucesión de infracciones similares que han afectado recientemente a otras empresas automovilísticas niponas como Mitsubishi y Subaru, así como a la metalúrgica Kobe Steel, y que han minado la credibilidad del sector privado de la tercera economía mundial. (EFE)
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