Los japoneses, tanto con sus grupos artísticos y público asistente, volvieron a marcar el ritmo y el pulso del entusiasmo del 5to Shibuya Latin Power Fes 2017 que presentan Latin Samurai-Revolución y Action Japan-Womb con el soporte de Kyodai Japan.
El Studio WOMB, enclavado en el corazón de Shibuya, sirvió para atender el gusto de todos. El cuarto piso fue un sin parar de todas las salsas y reguetón con sesiones de DJ, mientras que el hall atendió a quienes gustan de bailar con música en vivo, quemar calorías con los latin exercises y disfrutar de las performances de los grupos de baile.
Fue un lujo empezar los live con “Son Reinas”, la famosa orquesta japonesa de salsa integrada sólo por mujeres que fue fundada en 1993. Con la cantante Izumi Muramatsu al frente, este grupo ha pisado escenarios de EEUU, Europa y Asia y tiene en su discografía 2 CD (“Las Japonesas” – 2003 / “楽中初策”– 2017) que hacen parte de la historia de la música tropical japonesa.
Aunque en Shibuya el audio no fue muy benévolo con ellas, fue suficiente para imponer su calidad y hacerse escuchar. Muramatsu cautivó con la versión salsera de Amagi Goe (天城越え), uno de los enka más populares de Japón, que está en repertorio de “Son Reinas” desde hace muchos años.
“Cómo ha pasado el tiempo. Ya vamos a cumplir 25 años tocando salsa”, declaró Muramatsu tras su actuación en el Latin Power.
Muramatsu cautivó con la versión salsera de Amagi Goe (天城越え), uno de los enka más populares de Japón, que está en repertorio de “Son Reinas” desde hace muchos años.
El show siguió con sus bemoles, pero definitivamente con los grupos japoneses llevándose el mejor de los comentarios porque, para quienes los seguimos durante años, vemos evolución y en algunos casos verdadera revolución.
De la bachata light de Alma Tokyo, que desató todo tipo de comentarios en el Facebook de IP, al carisma de los aeróbicos salseros de María Salsation. Tommy Kizomba y el show burlesque de La Keiko derrocharon lo mejor de la sensualidad japonesa, mientras que Nori y Sachiko, como cada año, volvieron a encantar con su samba de gafieira. ¿Qué pareja japonesa la baila mejor que ellos?
Pero no hay mayor orgullo que entre tanta salsa, las japonesas, sobre todo ellas, aplaudan y muestren cariño por nuestros ritmos más tradicionales.
Observan extasiadas el inigualable juego de caderas y ondear de faldas de la cumbia colombiana de Fiesta Esmeralda y se emocionan, como si asistieran a un drama romántico, cuando Ana y el enamorador de Pepe Suhara juntan sus rostros al límite en su marinera norteña peruana.
Armandosky, el salsero peruano de Tochigi, formó trío con la colombiana Kristin y DJ Erikucha para hacerse llamar “Son Calima”. Debutaron en Shibuya haciendo bailar a los japoneses con buena salsa. El peruano sigue ascendiendo.
Si alguien dijo que las japonesas no tienen tienen ritmo y sabor para un baile tan intenso como éste se equivoca.
Mención especial para Miki Cuban Dance, el grupo liderado por la profesora Miki Hasebe, que ofreció la actuación de la noche con la coreografía original de Shaky Shaky de Daddy Yankee. Si alguien dijo que las japonesas no tienen tienen ritmo y sabor para un baile tan intenso como éste se equivoca.
La perfomance de Miki y sus chicas no dejó escapar detalle. Desde las vestimenta, que ayudó mucho a la estética del baile hasta la precisión y sincronía de los pasos. Todo salió a pedir de boca y el mejor premio fue el aplauso y el reconocimiento general.
El cierre del espectáculo estuvo en manos de DJ Lando, el Samurái Latino. Enfundado en su clásica casaca de la Selección Peruana y con backdancers japonesas con el cubano Frank Abel, Lando salió a romper la noche con su tema La Meta y un sueño para 2018: hacer una gira artística en su querido Perú. (International Press)
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