Que un anciano sea víctima de la modalidad de estafa “ore ore sagi” (“soy yo, soy yo”) es tan común en Japón que salvo casos excepcionales ya no es noticia.
Lo que no es común es que madre e hijo estén involucrados como parte de una red que robó alrededor de 1.200 millones de yenes (10,6 millones de dólares) a personas de la tercera edad a las que hicieron creer que eran parientes en apuros económicos.
La policía de Tokio arrestó a una mujer de 60 años, identificada como Motoko Funada, cuyo hijo era el líder de una banda de estafadores.
En agosto de 2015, Funada utilizó el sistema de entrega a domicilio (takkyubin) para obtener fraudulentamente 4 millones de yenes (35.500 dólares) de un hombre de Kioto y una mujer de Chiba, ambos septuagenarios.
Funada ayudó a su hijo a cobrar en total aproximadamente 10 millones de yenes (casi 89.000 dólares).
El hijo de la mujer ya fue arrestado por la policía. (International Press)
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