Un 2014 un camerunés de 43 años murió en un centro de inmigración en la ciudad de Ushiku, prefectura de Ibaraki.
La madre del hombre ha presentado una demanda en el Tribunal de Distrito de Mito, exigiendo una compensación de 10 millones de yenes (casi 89.000 dólares) en daños y perjuicios de las autoridades japonesas.
La demandante responsabiliza al gobierno de Japón y al centro de inmigración de la muerte de su hijo.
El camerunés murió por falta de atención médica pese a que el hombre había dicho que se sentía mal, según la demanda.
La Oficina de Inmigración del Ministerio de Justicia dijo que responderá “adecuadamente después de estudiar cuidadosamente la demanda».
El hombre llegó al Aeropuerto de Narita el 5 de octubre de 2013 con una visa de turista. Se le negó la entrada y fue enviado al centro de inmigración en Ushiku.
El 27 de marzo de 2014, el camerunés fue atendido por un médico después de quejarse de que tenía dolor en ambas piernas desde hacía dos semanas.
Después dijo que le dolía el pecho, pero no recibió atención médica. El centro de Ushiku no contaba con un doctor a tiempo completo (el que lo había atendido por el dolor en las piernas trabajaba ahí a tiempo parcial).
El 30 de marzo el hombre fue encontrado inconsciente. Una hora más tarde, en el hospital al que fue trasladado certificaron su muerte.
Imágenes de una cámara de vigilancia el 29 y el mismo 30 muestran al camerunés en su cama, con dolor y enfermo. Pese a ello, nadie llamó a un doctor para que lo atendiera. Hasta que lo encontraron inconsciente.
La Oficina de Inmigración reconoció en noviembre de 2014 que la respuesta del centro de Ibaraki no había sido correcta. Incluso dijo que no se podía descartar que el hombre habría podido sobrevivir si hubiera sido tratado.
La causa de su muerte sigue siendo desconocida, pues el gobierno no la ha hecho pública. (International Press)
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