El conglomerado tecnológico nipón Toshiba someterá a votación de sus accionistas en octubre la venta de su subsidiaria de chips a un consorcio internacional, según anunció hoy, tras informar en la víspera sobre el cierre de esta operación.
La empresa nipona ha convocado a una junta general de accionistas el próximo 24 de octubre para votar esta medida destinada a sanear sus cuentas, señaló hoy Toshiba en un comunicado.
El conglomerado nipón anunció ayer que había cerrado la venta de su unidad escindida de chips, Toshiba Memory, a un consorcio liderado por el fondo de inversión estadounidense Bain Capital y que también integra a los gigantes tecnológicos del mismo país Apple y Dell.
El grupo de compradores incluye, asimismo, a la surcoreana SK hynix, uno de los mayores fabricantes mundiales de chips; las estadounidenses Kingston Technology y Seagate Technology, del mismo sector; el Banco de Desarrollo de Japón y el fondo público-privado nipón Innovation Network.
La venta se ha cerrado por unos 2 billones de yenes (14.941 millones de euros / 17.900 millones de dólares) y sólo resta el visto bueno de los accionistas de Toshiba para que se formalice, mientras que el conglomerado nipón se reservará una parte minoritaria de las participaciones en su subsidiaria.
No obstante, la operación podría complicarse por la batalla legal que mantienen la nipona y la estadounidense Western Digital, que reclama derechos prioritarios en Toshiba Memory y dio hoy un paso más en la disputa al presentar un nuevo recurso en el Tribunal Internacional de Arbitraje.
Western Digital mantiene un acuerdo de colaboración con Toshiba para la gestión de una planta de producción en Japón, y se ha opuesto a la venta a terceros de la rama de chips alegando que la participación de otra compañía en las instalaciones podría afectar a sus resultados y causarle pérdidas.
Toshiba Memory es el segundo mayor fabricante mundial de chips de memoria NAND, empleados en teléfonos inteligentes, tabletas y ordenadores portátiles, y el pasado abril fue escindida de la matriz y constituida como una empresa independiente.
Con su venta, Toshiba aspira a obtener liquidez y cubrir parte de las pérdidas multimillonarias ocasionadas por su subsidiaria de energía nuclear en Estados Unidos, Westinghouse Electric, que se declaró en quiebra en marzo en ese país para someterse a un concurso de acreedores.
Toshiba terminó el pasado ejercicio con un déficit neto de 965.660 millones de yenes (7.474 millones de euros/8.777 millones de dólares), y con un patrimonio negativo de 552.900 millones de yenes (4.277 millones de euros/5.023 millones de dólares). (EFE)
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