29 de julio, un bar deportivo en Osaka. Gamba Osaka juega contra Cerezo Osaka. J-League. Unos 30 hinchas asisten al partido en medio de un gran entusiasmo.
Hasta ahí, nada que los diferencie de los hinchas de cualquier otro equipo de fútbol del mundo. Lo que los hace diferentes es que son exmiembros de una barra que fue disuelta por ondear banderas con un símbolo similar al de la SS en un partido disputado en abril de este año.
A la barra, formada por 83 personas desde adolescentes hasta cincuentones, se le prohibió ir al estadio indefinidamente.
El artífice de la bandera y origen del problema es un hombre de 52 años que en una entrevista a Mainichi Shimbun dice que «el diseño (de la bandera) era sencillo, de aspecto fresco y poderoso».
El hombre creó la bandera hace siete años después de ver el símbolo de la SS en internet. Él alega que su diseño es original, pero las alteraciones son leves.
¿Hace siete años? ¿Cómo permitió Gamba Osaka esta bandera que remite al nazismo, lo peor que engendró la especie humana en el siglo XX?
El equipo japonés sí actuó, advirtiendo contra el uso de la bandera hace varios años, pero sin la suficiente energía.
«Conozco el significado del símbolo de la SS, pero no es exactamente el mismo diseño. No hay discriminación racial detrás del uso de la bandera, así que pensé que estaba bien. Si hubo personas que se vieron afectadas por la bandera, me gustaría disculparme con ellas, pero no tengo ni idea de quiénes serían…».
El hombre, a juzgar por estas palabras, parece inmune al arrepentimiento o la vergüenza. Sin embargo, le dice a Mainichi que empezó a entender que había hecho mal después de leer un libro sobre el Holocausto.
«Si estuviera en la posición de aquellos que fueron enviados a las cámaras de gas, creo que yo tampoco podría soportar ver el diseño (de la bandera)», admite.
Dan Orlowitz, periodista judío estadounidense de 31 años que reside en Tokio, interviene: «Me preocupa que si permitimos la bandera ahora, ¿qué vamos a permitir la próxima vez?».
«No permitir que la historia se repita es responsabilidad no solo de los judíos, sino de todos los seres humanos», dice Orlowitz, cuyo abuelo fue hecho prisionero por los alemanes cuando tenía 18 años. Por fortuna, logró sobrevivir a la Segunda Guerra Mundial.
Cuando el periodista expresó en Twitter su posición con respecto a la bandera de Gamba, se topó con reacciones furibundas. Algunos le dijeron que volviera a su país.
Para él, peor que eso, es la falta de japoneses que quieran aprender sobre la historia de los nazis y el Holocausto.
Cabe recordar que tres años atrás, un hincha de Urawa Reds colgó un cartel que decía «Sólo japoneses» en el estadio, lo que llevó a la J-League a distribuir documentos relativos a la discriminación racial a todos los clubes, que mencionaban de manera explícita el símbolo de la SS.
El fútbol japonés, en sus diversos estamentos, está tomando medidas para luchar contra la discriminación y crear conciencia sobre el horror del pasado.
El año pasado, la Asociación de Fútbol Universitario de Japón invitó a Avraham Grant, extécnico del Chelsea, para hablar de su padre, un sobreviviente del Holocausto.
Este año, la asociación invitó a Fumiko Ishioka, experta en el Holocausto que ha escuchado de primera mano historias de sobrevivientes, para que hablara con los estudiantes.
“La discriminación se cobra vidas humanas. Cada persona mantiene algún tipo de idea discriminatoria, incluyendo prejuicios inconscientes. Por eso es tan importante prestar atención a lo que hacemos en nuestra vida cotidiana», dice. (International Press)
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