El Gobierno nipón que lidera Shinzo Abe se ha visto salpicado por un nuevo escándalo de amiguismo, que unido a la aprobación de la polémica ley anticonspiración terrorista ha hundido su popularidad al peor nivel en casi un año, según una encuesta publicada hoy.
Menos de la mitad de los japoneses -el 49 por ciento- respaldan la gestión del Ejecutivo que lidera el primer ministro conservador, lo que supone 7 puntos menos que en mayo y 11 menos que en abril, según una consulta llevada a cabo por el diario económico Nikkei y la cadena TV Tokio.
Otra encuesta realizada por la agencia nipona Kyodo señala un apoyo aún menor, del 44,9 por ciento, lo que supone 10,5 puntos menos que en mayo.
Este desplome de la popularidad de Abe y de su Ejecutivo tiene lugar justo al término de una sesión parlamentaria en la que el Gobierno ha sufrido un notable desgaste a raíz de varios sonados escándalos y a la aprobación de controvertidas propuestas legislativas.
El pasado jueves, la Cámara Alta nipona dio luz verde a la llamada normativa «anticonspiración» supuestamente destinada a prevenir el terrorismo, que según sus detractores restringe libertades básicas al tener un campo de aplicación demasiado amplio.
Miles de japoneses protestaron frente a la sede del Parlamento durante varios días consecutivos contra esta ley, que también ha sido criticada por Amnistía Internacional, el relator especial sobre privacidad de Naciones Unidas, o la Federación de Colegios de Abogados de Japón, entre otros organismos.
Asimismo, en las últimas semanas Abe se ha visto afectado por otro caso que ha indignado a la sociedad nipona, el supuesto trato preferencial que le dio el Ejecutivo a una universidad para establecer una nueva escuela de veterinaria gracias a la buena relación entre su director y el primer ministro.
El «caso Kake», como se conoce este escándalo en alusión al nombre de la universidad, tiene lugar después de otro parecido en marzo, cuando Abe estuvo en el ojo del huracán por su estrecha relación con el dirigente de una guardería privada de Osaka que promovía contenidos ultranacionalistas y militaristas.
El respaldo popular al líder conservador sufre así su peor momento desde octubre del año pasado, cuando se desplomó por la adopción de la legislación que expandía las competencias de las Fuerzas niponas de Auto Defensa (Ejército), muy criticada al considerarse una amenaza al carácter pacifista de la Constitución nipona.
En cualquier caso, los analistas nipones prevén que Abe y su partido, el Liberal Demócrata (PLD), serán capaces de salir airosos del bache una vez más gracias a su amplia mayoría parlamentaria en coalición con el budista Nuevo Komeito.
El primer ministro, no obstante, estaría contemplando realizar en agosto o septiembre una remodelación de su Gabinete con objeto de reforzar la confianza pública en el Ejecutivo y en la que mantendría a su «núcleo duro» de colaboradores, según publica hoy el diario Nikkei. (EFE)
Be the first to comment