Aya Kimoto tenía 37 años cuando se suicidó en enero de 2016. La mujer trabajaba en el Hospital General de Niigata, donde hacía un promedio de 187 horas extras mensuales. En un mes llegó a realizar 251.
Las autoridades laborales de Niigata anunciaron que aprobarán el pago de una compensación al esposo de la mujer tras reconocer que el exceso de trabajo fue la causa de su suicidio, informó Mainichi Shimbun.
«Es un alivio saber que la compensación ha sido reconocida, pero eso no va a traer de vuelta a mi esposa. La muerte por exceso de trabajo es equivalente a un asesinato cometido por el hospital», declaró el esposo al diario.
Kimoto entró en la Facultad de Medicina de la Universidad de Niigata en 2007, se graduó en 2013 y en 2015 fue trasladada al Hospital General de Niigata para completar su formación como médica.
En la tarde del 24 de enero de 2016, Kimoto desapareció después de salir de su casa, sin decir a dónde iba, y a la mañana siguiente fue encontrada muerta en un parque cercano.
Cerca de su cuerpo se encontraron pastillas para dormir y bebidas alcohólicas vacías. Antes de su muerte, la mujer había dicho que no quería ver a nadie.
En agosto de ese año, el viudo presentó un reclamo ante las autoridades laborales para exigir una compensación, alegando que su esposa se había quitado la vida por la gran cantidad de horas extras que hacía.
El hospital, sin embargo, sostuvo que ella realizaba en promedio 48 horas extras al mes, y que la mayor parte de horas que figuraban en sus registros no se aplicaban al trabajo porque eran de “aprendizaje”.
El caso de Kimoto no era aislado. Una investigación de Mainichi halló que el límite de 80 horas extras al mes, a partir del cual se considera que existe riesgo de muerte por exceso de trabajo (karoshi), es ignorado en el mencionado hospital.
De 27 médicos que estaban completando su formación como Kimoto, de acuerdo con cifras del año fiscal 2015, uno llegó a hacer más de 200 horas extras en un mes, tres más de 150, nueve más de 100 y siete más de 80. Solo siete realizaron menos de 80. Es decir, 20 superaron el límite establecido por ley.
Japón reconoce como karoshi los casos en los cuales una persona realizó cien horas de zangyo en el mes previo a su muerte o un promedio de más de 80 durante un periodo de dos a seis meses antes de su fallecimiento. (International Press)
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