En julio del año pasado, un grupo de hombres disfrazados de policías robaron alrededor de 160 kilos de barras de oro valoradas en 750 millones de yenes / 6,74 millones de dólares (inicialmente se dijo que su valor era de 600 millones de yenes / 5,4 millones de dólares) en una calle en Fukuoka.
La policía de Fukuoka anunció el arresto de los ladrones, informó la agencia Kyodo.
Las víctimas transportaban el oro en varios maletines para venderlos en una tienda cercana cuando fueron abordados por los falsos policías.
Estos les dijeron que sospechaban que la mercancía que llevaban había sido introducida de contrabando en Japón y les pidieron los maletines para revisarlos. Una vez con ellos en su poder huyeron en un coche.
El carro usado era rentado y fue devuelto a una tienda de coches de alquiler en Hiroshima ese mismo día, mientras que los uniformes que llevaban fueron confiscados en la prefectura de Yamaguchi.
Una parte del oro robado fue vendida a un comprador en Tokio por más de 400 millones de yenes (3,6 millones de dólares) en el transcurso de la semana que siguió al robo. Para la operación fue utilizado el nombre de una empresa que opera una joyería en Tokio.
Gente relacionada a la joyería sería cómplice, pues habrían prestado el nombre de la tienda sabiendo que el oro era robado. La policía planea detenerlos.
Cuando un individuo vende oro por valor de 2 millones de yenes (18.000 dólares) o más, el comprador está obligado a verificar la identidad del vendedor y reportar la transacción a una oficina de impuestos. Sin embargo, si la operación se hace entre empresas, no es necesaria reportarla a las autoridades. Por eso los implicados disfrazaron la operación como si fuera una transacción entre empresas.
Se estima que los implicados son más de diez. (International Press)
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