45 años han transcurrido desde que Okinawa pasó de manos de Estados Unidos a Japón. No parece haber motivos para celebrar, en especial para el actual gobernador okinawense, Takeshi Onaga, quien confesó sentir “frustración” por las bases militares estadounidenses, fuente de incidentes (violaciones, asesinatos, accidentes aéreos o automovilísticos, etc.) que afectan a la población local.
Aunque Okinawa representa solo el 0,6 % del territorio japonés, alberga el 70,6 % del total de instalaciones militares de EEUU en Japón.
A juicio de Onaga, las bases son el mayor obstáculo para el desarrollo de su prefectura, informó la agencia Kyodo.
Si bien desde mayo de 1972 hasta este año el área que ocupan las instalaciones militares estadounidenses se ha reducido en alrededor de 33,3 %, el gobernador dijo que Okinawa continúa en una “difícil situación”.
Onaga expresó su compromiso de entregarse a la tarea de lidiar con el asunto de las bases para “construir una Okinawa pacífica y próspera» para las futuras generaciones.
Lidiar con el asunto de las bases implica, por ejemplo, enfrentar el gobierno de Japón, que insiste en el plan, acordado en 1996 con EEUU, de reubicar la base de Futenma, sita en la ciudad de Ginowan, en la de Nago.
Onaga y la mayoría de okinawenses quieren que la base sea trasladada fuera de la prefectura. (International Press)
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