La presentación en el Parlamento de Yasunori Kagoike, presidente de Moritomo Gakuen, una empresa educativa con sede en Osaka, ha avivado el fuego del mayor escándalo que enfrenta el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, desde que asumió el poder en 2012.
Kagoike, que opera una guardería ultranacionalista y xenófoba, dijo bajo juramento que recibió una donación de un millón de yenes (9.000 dólares) de Abe a través de su esposa Akie. El dinero, según el hombre, estaba destinado a contribuir a la construcción de una escuela de primaria.
Por ello, la oposición ha exigido que Akie Abe sea citada para dar su testimonio sobre el caso, informó la agencia Kyodo.
La lideresa de la principal agrupación opositora, el Partido Democrático de Japón, Renho, declaró que tras el testimonio de Kagoike, “la cortina no se ha cerrado, sino que acaba de abrirse”, en alusión el caso.
Renho afirmó que el testimonio de Kagoike es una versión de parte que debe ser confrontada con la de Abe.
Kagoike aseguró que Akie le entregó el dinero cuando estuvieron solos en un ambiente de la guardería, que ella visitó para dar un discurso.
El ministro portavoz Yoshihide Suga negó que el empresario educativo y la primera dama hayan estado solos.
Akie Abe rechazó haber entregado la donación.
Por su parte, Shinzo Abe ha negado varias veces haber donado dinero a Moritomo Gakuen.
El año pasado, la empresa educativa adquirió unos terrenos del Estado en Osaka para construir una escuela a una décima parte de su valor de mercado gracias a la intervención de autoridades locales. ¿Tuvo algo que ver Abe en el favorable trato recibido por Moritmo Gakuen?
Akira Koike, miembro del Partido Comunista de Japón, dijo que se sospecha que Abe tuvo injerencia en el caso. “Creemos que este es un problema extremadamente grave».
Sin embargo, Natsuo Yamaguchi, líder de Komeito, miembro de la coalición gobernante, cuestionó el testimonio de Kagoike, haciendo notar que no presentó ninguna evidencia que respaldara sus palabras. (International Press)
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