El primer ministro nipón, Shinzo Abe, ofreció ayudas financieras y administrativas a una guardería privada que promovía ideas ultranacionalistas, según el testimonio prestado hoy bajo juramento por el director de dicho centro en el Parlamento.
El escándalo, que ha indignado a la sociedad nipona y causado una caída en la popularidad del líder conservador del Ejecutivo, salió a la luz a mediados de febrero y está protagonizado por Moritomo Gakuen, una empresa educativa con sede en Osaka (oeste).
El presidente de esta empresa, Yasunori Kagoike, fue llamado hoy a testificar ante la Dieta (Cámara Baja) del Parlamento nipón, donde afirmó por primera vez bajo juramento que recibió una donación directa de un millón de yenes (8.320 euros/ 8.900 dólares) de Abe a través de su mujer, Akie Abe.
«Ella me dio un sobre con un millón de yenes y me dijo ‘De parte de Shinzo Abe'», relató Kagoike, quien señaló que la entrega tuvo lugar en 2015 cuando la esposa del primer ministro acudió a dar un discurso en una de sus guarderías en Osaka, en la que Akie Abe fue nombrada como directora honoraria.
Por su parte, el líder nipón ha negado en varias ocasiones haber realizado donativos a Moritomo Gakuen, e incluso ha prometido dimitir como primer ministro y como diputado si se demuestra su implicación o la de su mujer en los supuestos favores de las autoridades al centro educativo.
Aunque Abe no compareció hoy para dar su versión de los hechos, el ministro portavoz del Ejecutivo, Yoshihide Suga, insistió en que «no existen pruebas» de que ni Abe ni su mujer hayan ayudado en modo alguno a la entidad.
Moritomo Gakuen adquirió terrenos para construir un nuevo centro el pasado junio en Osaka por un precio de 134 millones de yenes (1,12 millones de euros), aproximadamente la décima parte de su valor real de mercado y gracias a la mediación de las autoridades locales, según Kagoike.
Además de por estos supuestos favores, la guardería ha sido objeto de controversia al conocerse que hacía recitar a sus alumnos consignas militaristas, nacionalistas, contrarias a China y a Corea del Sur o de apoyo al propio Abe.
Kagoike, quien ha anunciado que dimitirá como presidente de esta empresa, dirige también la rama de Osaka de Nippon Kaigi, un «lobby» ultraconservador que promueve el revisionismo histórico o el culto al emperador al estilo del Japón Imperial, y que cuenta con afiliados de alto perfil, entre ellos el propio primer ministro. (EFE)
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