El 18 % de los evacuados o exevacuados de Fukushima o sus parientes han sido víctimas de bullying o discriminación, según una encuesta llevada a cabo por Asahi Shimbun y Akira Imai, profesor de la Universidad de Fukushima.
Otro 44 % dijo que había sido testigo o escuchado de casos de bullying o discriminación contra personas de Fukushima.
En la otra orilla, el 33 % dijo que no ha sufrido ni sido testigo de maltratos o abusos.
Imai sostiene que en la sociedad japonesa no existe consenso en reconocer a los evacuados de Fukushima como víctimas. Para él, eso conduce al bullying.
El dinero influye. El hecho de haber recibido una compensación económica, a ojos de cierta gente, los “deslegitima” como víctimas.
Una mujer de 35 años reveló que una vez le dijeron: “¿Por qué trabajas si tienes dinero?”. “Me sentí triste, preguntándome si no tengo derecho a trabajar”, añadió.
Muchos prefieren no decir que son evacuados. A una mujer de 49 años la estresa el hecho de que hablar sobre su condición con otras personas conduzca a una discusión sobre el dinero de la compensación.
Una mujer de 31 años dijo estar preocupada de que sus hijos puedan ser víctimas de ijime.
Un hombre de 56 años afirmó que no se atreve a decirle a la gente que es un evacuado. “No puedo seguir adelante con mi vida si continúo diciendo que soy un evacuado».
Algunos han tenido suerte, como una mujer de 48 años que contó que sus superiores y colegas en el trabajo la tratan con normalidad. “He podido encontrar buenas personas».
184 personas (147 evacuados y 37 exevacuados) respondieron al sondeo realizado el mes pasado.
El número de evacuados por el accidente nuclear de Fukushima se estima en unas 80.000 personas. (International Press)
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