El año pasado, Japón recibió más de 10.000 solicitudes de refugio. Una parte de ellos provino de extranjeros que no buscan protección, sino trabajo, según fuentes de la agencia Kyodo.
Sus motivos para acogerse a la condición de refugiado no son reconocidos como persecución de acuerdo con la Convención de la ONU.
Una reforma implantada en 2010 permite que los extranjeros que solicitan refugio en Japón puedan trabajar en el país si su petición está bajo evaluación durante más de seis meses.
Desde entonces la cifra de personas que buscan acogerse a la condición de refugiados ha aumentado fuertemente. Si en 2010 fueron 1.202, en 2015 el número ascendió a 7.586, una cifra récord.
Sin embargo, entre 2010 y 2015 solo entre seis y 39 personas han sido reconocidas como refugiadas.
Las diminutas cifras han sido motivo de críticas a nivel internacional que consideran que Japón es un país cerrado a los refugiados.
Aún no se ha hecho público cuántas solicitudes de refugio aprobó Japón en 2016.
Muchos estudiantes que asisten a escuelas de japonés, así como aprendices que forman parte del programa de capacitación técnica promovida por el gobierno de Japón, figuran entre los solicitantes.
En 2015, el Ministerio de Justicia de Japón puso en marcha un proceso de preselección para apartar a los extranjeros que solicitan constantemente el estatus de refugiado aunque no cumplan con los requisitos, y dar prioridad a quienes sí. (International Press)
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