El 26 de julio del año pasado, Japón amaneció conmocionado por una terrible noticia: 19 personas que vivían en una residencia para discapacitados en la ciudad de Sagamihara, Kanagawa, habían sido asesinadas.
Mucho se ha dicho y escrito desde entonces. Seis meses después, el múltiple asesino, Satoshi Uematsu, extrabajador de la residencia, reveló a la policía qué lo motivó a actuar.
Uematsu, según la NHK, dijo que las víctimas, personas con discapacidad intelectual, eran “peores” que otros discapacitados que había conocido antes y una carga para los demás.
El criminal manifestó que, a su juicio, las discapacidad intelectual solo llevan infelicidad a los demás.
También dijo que las personas que vivían en la residencia de Sagamihara eran incapaces de conversar, a diferencia de otras personas discapacitadas que había conocido.
La policía, dice la NHK, cree que la actitud discriminatoria de Uematsu se desarrolló como resultado de su trabajo en la residencia.
Además de las 19 víctimas mortales, Uematsu hirió a otras 27 personas.
Está previsto que en febrero, después de que finalice la evaluación psiquiátrica del hombre, los fiscales decidan qué cargos presentarán contra él.
Uematsu trabajó en la residencia alrededor de tres años hasta principios de 2016, cuando fue despedido.
La residencia es operada por el gobierno de Kanagawa, que ha decidido demolerla y levantar una nueva construcción. Mientras se reconstruye, sus aproximadamente 100 residentes serán trasladados temporalmente a otra instalación en Yokohama. (International Press)
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