Las casas de unas 200 personas sufrieron daños por el incendio que hubo en la ciudad de Itoigawa, prefectura de Niigata, la semana pasada.
El peor incendio en 20 años en Japón, excluyendo los causados por desastres naturales como terremotos, dejó grandes daños materiales, pero felizmente nadie murió. En ello tuvieron mucho que ver los receptores inalámbricos instalados en las viviendas de los residentes, de acuerdo con los testimonios recogidos por Mainichi Shimbun.
Muchos se enteraron del incendio a través de estos dispositivos y pudieron evacuar a tiempo, salvando sus vidas.
El sonido de una alarma a través de los receptores alertó del inicio del incendio a los vecinos, que de inmediato huyeron a lugares seguros. Mientras salían, avisaron a otros vecinos del fuego.
Entre los residentes solo hubo dos heridos, ninguno de consideración.
Una de las vecinas, Keiko Shiraishi (66), recuerda en entrevista concedida a Mainichi que el día del incendio estaba dormitando después de haber desayunado cuando escuchó la alarma y, a continuación, el anuncio del inicio del fuego.
La mujer, que salió de su casa tras escuchar el aviso, dice que si no hubiese sido por el receptor se habría quedado dormida.
Otro que se enteró del incendio por el receptor fue Shoichi Abe (74). El hombre abandonó su casa a tiempo, pues esta se quemó por completo.
La población fue informada del incendio a través de altavoces exteriores situados por toda la ciudad, pero en algunas partes el mensaje no se escuchaba con claridad o no se entendía.
Previsor, el municipio de Itoigawa decidió promover el uso de los receptores en los hogares de su jurisdicción, que pueden funcionar incluso en caso de apagón.
El departamento de bomberos de la ciudad resaltó que los receptores fueron decisivos para la rápida evacuación de los vecinos. El ejemplo de Itoigawa podría servir a otras zonas del país, algo de lo que la Agencia de Gestión de Desastres ya ha tomado nota. (International Press)
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