Japón aprobó el miércoles desmantelar su único reactor nuclear rápido, un prototipo sobre el que había depositadas grandes esperanzas para el futuro energético del país pero que apenas ha operado 20 años debido a una serie de negligencias y fallos técnicos.
La decisión de cerrar y desmantelar la planta nuclear experimental de Monju (en el oeste del país) la adoptó oficialmente el Consejo de Ministros tras más de un año de deliberaciones después de que la Autoridad de Regulación Nuclear (NRA) de Japón remitiera una recomendación para su clausura.
El ministro portavoz, Yoshihide Suga anunció la decisión durante una rueda de prensa y explicó que tras el desmantelamiento de la central, este lugar se utilizará como «un centro de investigación y educación en materia nuclear».
El país asiático ha invertido más de 1 billón de yenes (8.170 millones de euros/8.504 millones de dólares) en investigación y desarrollo de este reactor.
El Gobierno ha estimado que el desmantelamiento costará unos 375.000 millones de yenes (3.063 millones de euros/3.189 millones de dólares) y llevará 31 años.
El reactor rápido enfriado por sodio de Monju comenzó a funcionar en 1995 pero ese mismo año una fuga provocó un incendio que obligó a suspender las operaciones hasta mayo de 2010.
En agosto de ese mismo 2010 se produjo otro accidente con la maquinaria encargada del recambio de combustible nuclear que ha mantenido clausurado el reactor hasta ahora.
La NRA destapó después que la empresa operadora, Agencia de Energía Atómica de Japón (JAEA), se saltó inspecciones obligatorias de mantenimiento de unos 10.000 componentes del reactor o que las instalaciones contaban con docenas de cámaras de vídeo de seguridad que no funcionaban.
La decisión de desmantelar la planta se ha topado con la oposición del Gobierno de la prefectura de Fukui, Issei Nishikawa, donde se encuentra Monju. (EFE)
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