Lima, una ciudad habitualmente colapsada por su caótico tráfico, ofrece hoy, al inicio de las reuniones de la cumbre de líderes del Foro Económico Asia-Pacífico (APEC) una inusual imagen de tranquilidad en sus calles gracias a las vacaciones forzadas impuestas sobre sus diez millones de habitantes.
El Gobierno de Perú decretó el denominado «Feriado APEC», cuatro días libres consecutivos, del 17 al 20 de noviembre, para que gran parte de los limeños viaje fuera de la capital y sus calles descongestionadas permitan garantizar la seguridad y organización de una reunión que congrega a más de una veintena de presidentes.
Tres de esos cuatro días son «no laborables compensables», lo que obliga a los trabajadores a recuperarlo posteriormente con horas extra no remuneradas, aunque la mayoría de las empresas opta por descontárselos a sus empleados del período de vacaciones.
Con las oficinas cerradas y los colegios vacíos, las avenidas están libres para que dignatarios como los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama; de Rusia, Vladimir Putin; o de China, Xi Jinping, viajen del aeropuerto a su hotel en apenas veinte minutos, cuando en hora punta de un día normal puede tomar hasta dos horas.
En sus trayectos por Lima no escucharán la rutinaria sonata de claxon para pedir paso en cada semáforo a los pacientes policías que dirigen el tránsito, ni tampoco verán los destartalados microbuses atiborrados de personas, con un cobrador que «canta» a gritos la ruta mientras asegura que aún hay espacio para más gente.
Muchos de esos conductores y pasajeros estarán estos días en las playas del sur de Lima para inaugurar la temporada estival, o aquellos que se lo puedan permitir, en la costa cálida del norte de Perú.
Otros estarán conociendo la cordillera blanca, o bien la selva central, al otro lado de los Andes.
Estos destinos son parte de los paquetes turísticos promocionados para estos días por la gubernamental Comisión de Promoción del Perú para el Turismo y la Exportación (Promperú) para incentivar en estos días el turismo interno por las distintas regiones del país mediante su sitio web «Y tú ¿qué planes?».
Incluso el Ministerio de Cultura organizó para estos días viajes educativos al complejo arqueológico de Caral, la antigua ciudad donde se asentó la civilización de América más antigua conocida hasta ahora, contemporánea a Mesopotamia y situada a solo 150 kilómetros al norte de Lima.
Con tanta oferta de viajes, son pocos los limeños que se quedaron en la capital, en cuyas calles destacará la presencia de más de 11.500 agentes de la Policía Nacional del Perú (PNP) para resguardar la seguridad de las alrededor de 7.000 personas que participarán en las reuniones y conferencias de la cumbre APEC.
Los policías, ataviados con su uniforme de gala, forma toda una legión verde desplegada por los distritos limeños de Miraflores, San Isidro y San Borja, donde se encuentran las sedes de las reuniones y la mayoría de los hoteles donde se hospedan los participantes de la cumbre.
Su objetivo es actuar con celeridad para evitar incidentes como el incendio ocurrido este miércoles en unos cines donde murieron cuatro personas frente al lujoso hotel donde estará hospedado Obama.
Cuando los limeños regresen la próxima semana a su rutina diaria de atascos, los gobernantes de las economías más poderosas del mundo ya estarán de regreso a sus países tras haber conversado con calma y tranquilidad el futuro del principal bloque comercial del mundo.
Las veintiún economías del APEC representan el 54 % del producto interno bruto (PIB) global y el 50,3 % de las exportaciones mundiales, y cuentan con un mercado de más de 2.800 millones de personas, equivalente al 40 % de la población mundial.
Las economías que forman parte del APEC son Australia, Brunei, Canadá, Chile, China y Hong Kong, Estados Unidos, Indonesia, Japón, Corea, Malasia, México, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea, Perú, Filipinas, Rusia, Singapur, Taiwán, Tailandia y Vietnam. EFE
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