De niño jugó en el Oppama FC, participó en la recordada Liga de Menores y se formó en la escuela de fútbol Esperanza con el profesor Ortega.
“Simba para un sueño”*, es la adaptación del título de una vieja canción noventera de Juan Luis Guerra que calza perfecto para la historia de Víctor Alfonso Zamudio Sato, más conocido entre nosotros en Kanagawa como “Simba”. Él volvió a Perú hace cuatro meses en busca de ese sueño que alguna vez tuvimos muchos a quienes nos apasiona el fútbol.
Se fue en silencio para probarse en varios equipos peruanos hasta que logró recalar en la categoría 98 de Alianza Lima donde ahora está gambateando duro para convertirse en jugador del primer equipo.
“Simba” pertenece a esa generacion de chicos que comenzaron a darle a la pelota en la recordada Liga de Menores de Kanto como jugador del Oppama FC, su primer equipo en Japón. Recuerdo como si fuera ayer cuando al borde del campo me preguntaba (en realidad, reclamaba) en su media lengua (nippoñol) cuándo le tocaba su turno para entrar al campo para pelotear y tapar en el entretiempo.
Luego pasó a la escuela de fútbol del club Esperanza, con el profesor Ortega, donde hizo toda su formación en menores. Ahora, con 18 años, ha cambiado las pichangas domingueras en su barrio Namiki en Kanagawa por los entrenamientos en el Alejandro Villanueva en La Victoria con el equipo del que también es hincha. Sus compañeros de Alianza le llaman «Japón».
El fútbol está en los genes de “Simba”, es sobrino de Juan José Sato, ex figura del Deportivo Municipal en los ochenta, y tiene todo el apoyo de la familia futbolera de Japón que quiere verlo realizar el sueño de convertirse en el primer hijo de dekaseguis hecho futbolista profesional en Perú. Sí se puede! (Martín Goya/International Press)
(*) “Visa para un sueño”
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