Vehículo no era lo suficientemente seguro para protegerla
Hasta en un país tan previsor como Japón ocurre. Muchas veces si no se produce una tragedia, no se toman eficaces medidas de seguridad para proteger la vida de las personas.
Tras la muerte de la empleada de un parque safari en Gunma, que fue atacada por un oso el martes, han surgido cuestionamientos sobre la seguridad del vehículo en el que iba la víctima, Kiyomi Saito (46).
Existe una gran posibilidad de que las barras adheridas a las ventanas del coche para proteger a sus ocupantes de los animales no fueran lo suficientemente fuertes para repeler al ataque del oso, admitieron directivos del parque, según Mainichi.
Se suponía que sí lo eran, pero al parecer el oso logró destruir una de las barras y asesinar a la mujer que fue atacada mientras patrullaba la zona.
La policía de Gunma está investigando las medidas de seguridad adoptadas por el parque para resguardar a sus trabajadores.
En el vehículo había dos barras de dos centímetros de diámetro, una en cada ventana delantera (a la derecha e izquierda), justamente al medio, como para que el oso solo pueda meter la boca en el interior del coche.
Un representante del parque de Gunma dijo que sus vehículos cuentan con solo una barra para permitir que los trabajadores puedan alimentar a los animales arrojando la comida a través de las ventanas. Si utilizaran mallas metálicas, los empleados tendrían una pobre visibilidad y no podrían alimentar a los animales, dijo.
La decisión de colocar una sola barra obedece a la búsqueda de seguridad y comodidad, añadió. ¿No debería ser la seguridad lo primero? ¿De qué sirve la comodidad si se pierde una vida humana?
Por otro lado, en un parque safari en la ciudad de Himeji, prefectura de Hyogo, son un poco más previsores, pues sus vehículos cuentan con dos barras de protección en cada ventana.
Un vocero del parque explicó que una sola barra puede ayudar a ganar un poco de tiempo, pero no es suficiente para proteger a la persona. (International Press)
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