Taiwanesa HTC tercia en la carrera por ofrecer experiencias únicas
Mientras Pokémon Go la rompe en Estados Unidos, el gigante japonés Sony compite con Facebook y el fabricante de smartphones taiwanés HTC por la conquista del mercado de juegos de realidad virtual.
Todos buscan seducir a los usuarios con experiencias únicas en su tipo, resalta el diario Nikkei.
Sony tiene previsto estrenar el casco de realidad virtual PlayStation VR en octubre. El 18 de junio, día en que se inició la reserva del juego en Japón, unas 500 personas hicieron cola delante de una tienda en el distrito de Akihabara, Tokio. Las cantidades destinadas a la preventa se agotaron rápidamente. Un segundo lote estará disponible en breve.
El PS VR promete volar alto y se han depositado muchas expectativas en él, pues funciona con la popular consola PlayStation 4. El casco tendrá un precio de 44.980 yenes (426,7 dólares) sin impuestos. Ahora bien, todo el set, incluyendo la consola y una cámara especial, se podrá comprar por menos de 100.000 yenes (950 dólares).
Por su parte, HTC ha lanzado en Japón el casco Vive, que ofrece una «caminata» virtual que permite al usuario dibujar y pintar en 3-D mientras se mueve, dándole la impresión de que la experiencia es real y no virtual. El casco funciona con sensores que siguen los movimientos dentro de un área aproximada de 5 por 5 metros.
El reducido espacio de las casas en Japón, sin embargo, podría lastrar la expansión del Vive.
En marzo, Oculus VR, una empresa de Facebook, se convirtió en la primera en lanzar un casco de realidad virtual. Mark Zuckerberg, fundador de la red social, afirma que la realidad virtual será la próxima frontera después de los teléfonos inteligentes.
El Vive de HTC cuesta 99.800 yenes (946,9 dólares) sin impuestos, mientras que el Rift de Oculus se compra por 83.800 yenes (795 dólares) incluyendo impuestos. Ambos requieren de una computadora de alto rendimiento, lo que empuja los precios por encima de los 200.000 yenes (1.900 dólares).
El auge de la tecnología de realidad virtual se debe en gran parte a la popularidad de los smartphones. Con los componentes electrónicos disponibles a precios bajos, el hardware puede ser producido a menor costo.
Se estima que el mercado se expandirá a 7 billones de yenes (66.400 millones de dólares) en 2020. (International Press)
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