En vivienda, transporte, comida y entretenimiento
Japón es un país caro, pero como en cualquier parte del mundo siempre hay maneras de gastar menos. A continuación, recogemos algunos tips del sitio city-cost:
Vivienda
Vive cerca de tu trabajo, pero no tan cerca de una estación (los apatos próximos a las estaciones generalmente son más caros). Vivir cerca del trabajo significa menos costos de transporte y más tiempo libre.
Transporte
Tener o conducir un carro puede ser un gran gasto, mejor invierte en una bicicleta. Puedes conseguir una usada (o una nueva, pero barata) por unos 10.000 yenes (96 dólares). Ahorras gastos en trenes o autobuses y, además, haces ejercicio. Caminar es otra buena opción.
Comida
Lleva una botella con agua cuando salgas a la calle, así resistirás la tentación de comprar en las ubicuas máquinas expendedoras cuando tengas sed. También puedes salir con un termo con café o té hecho en casa. Si sales durante la hora de la comida, lleva contigo un bento o snacks.
Compra bento, onigiri y otros artículos en un supermercado, no en una tienda de conveniencia. Si hay un súper cerca, es un desperdicio gastar más dinero en una konbini. Si compras comida preparada, hazlo en la noche cuando tienen descuento. Sin embargo, mejor es cocinar en casa. Si tienes tiempo y espacio en tu vivienda, también puedes cultivar alimentos. La comida sale más rica y barata.
Entretenimiento
A mucha gente le resulta difícil ahorrar en Japón porque gasta en cosas que no necesita o la plata se le va en tabaco y alcohol.
Palabra clave: moderación. Es difícil no gastar en un país como Japón donde se venden tantas cosas monas. “¡Qué lindo!”, dices cuando ves algo primoroso y te lo compras. Después en tu casa te das cuenta de que has gastado plata en algo que no necesitas. O estás en una tienda de cien yenes (0,96 dólares) y te compras algo solo porque es barato, aunque no lo necesites.
Tabaco… ¿Hay que explicarlo? Es malo para la salud y una pérdida de plata. ¿Alcohol? No hay por qué privarse de una cerveza o un vino, pero con moderación. Bueno para el bolsillo (y para la salud).
Para terminar, lo fundamental es el equilibrio. Gastar en exceso es negativo, pero no hay que irse al otro extremo. Trabajar duro, ahorrar, ser austero, todo eso está bien, pero también hay que divertirse, salir de viaje, hacer las cosas que nos gustan. Disfrutar de la vida no tiene por qué ser caro. Si planificas con suficiente anticipación un viaje, estableces un presupuesto y te atienes disciplinadamente a él, puedes reducir muchos costes. Ojo que hay estudios que afirman que la felicidad no está en la adquisición de objetos, sino en vivir experiencias gratas como viajar. (International Press)
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