Como ocurrió tras el desastre que devastó a la región de Tohoku en 2011, el número de turistas extranjeros en la isla de Kyushu se ha desplomado tras los fuertes terremotos que la golpearon la semana pasada.
Aunque el gobierno de Japón está haciendo esfuerzos para atajar la caída del flujo turístico a la región, las autoridades locales son poco optimistas debido a que las réplicas continúan y aún no terminan las labores de rescate, informó Asahi Shimbun.
Además, China y Hong Kong, dos importantísimas fuentes de turismo hacia Japón, han lanzado advertencias a sus ciudadanos para que no visiten Kyushu.
La prefectura más afectada es Kumamoto, que ha sufrido los peores daños. Fukuoka, Miyazaki y Kagoshima también han registrado una disminución en el número de turistas.
Desde el jueves pasado, día en que se produjo el primer terremoto en Kumamoto, alrededor de 2.400 personas han cancelado sus reservas para un ferry que hace un viaje de ida y vuelta todos los días entre el puerto de Hakata en Fukuoka y el de Busan en Corea del Sur.
Alrededor del 90 % de los pasajeros del ferry son surcoreanos. Muchos de ellos toman autobuses turísticos a la zona del monte Aso, Kumamoto, así como a centros turísticos de aguas termales en la prefectura de Oita.
El ejecutivo de la compañía que opera el ferry declaró a Asahi que cada vez que ocurre un desastre de gran magnitud, se reduce el número de pasajeros. Sin embargo, esta vez la caída ha sido más pronunciada.
La Agencia de Turismo de Japón subrayó la necesidad de hacer esfuerzos para minimizar el daño al turismo en la región. Los turistas extranjeros recibirán información actualizada y precisa sobre el desastre.
Aunque Kyushu está lejos de Fukushima, tras el tsunami y el accidente nuclear en 2011 el número de pasajeros disminuyó por miedo a las réplicas y la radiación. Tuvieron que transcurrir tres meses para que la situación se normalizara. Esta vez probablemente tomará mucho más tiempo que el turismo se recupere.
Kyushu, que cuenta con atractivos turísticos como el monte Aso y sus onsen, era un destino cada vez más popular entre chinos, surcoreanos y taiwaneses. Paradójicamente, una de las razones era su imagen de ser una de las zonas menos propensas a los terremotos en Japón.
El año pasado, el número de turistas extranjeros en Kyushu subió un 70 % interanual a 2,83 millones (14 % del total en todo Japón). Y de ellos, un 70 % provenía de Asia, sobre todo de Corea del Sur.
Los terremotos perjudican los planes del gobierno de Japón de duplicar el número de turistas extranjeros de 19,7 millones en 2015 a 40 millones en 2020. (International Press)
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