Proyecto costará casi 35.000 millones de yenes
La operadora de la accidentada central nuclear de Fukushima activó hoy el «muro de hielo» subterráneo construido en torno a los reactores, una medida destinada a contener los vertidos de agua contaminada al océano Pacífico.
La operadora de la planta, Tokyo Electric Power (TEPCO), puso hoy en marcha el sistema de tuberías subterráneas que permitirá congelar el subsuelo y crear una barrera física alrededor de las cuatro unidades dañadas por el terremoto y tsunami del 11 de marzo de 2011, según confirmó a Efe una portavoz de la empresa.
La instalación del sistema ha llevado dos años, y pese a que TEPCO presentó el proyecto en 2013 la Autoridad de Regulación Nuclear (NRA) no había dado su visto bueno hasta ahora para analizar en profundidad la seguridad del proyecto, que costará unos 34.500 millones de yenes (271 millones de euros/307 millones de dólares).
En la víspera, la NRA dio luz verde a una primera fase del «muro de hielo», que flanqueará la cara de Fukushima Daiichi que da al mar (oeste de la planta).
Más adelante, la segunda fase de la barrera helada se extenderá a las zonas norte y sur de las instalaciones nucleares, lo que supondría completar aproximadamente el 95 por ciento de su perímetro total, detalló la portavoz.
El primer tramo del «muro de hielo» tardará aproximadamente mes y medio en estar operativo, y su fin es que el agua de los acuíferos subterráneos no penetre dentro de los edificios de los reactores, donde se mezclan con refrigerante contaminado.
El objetivo es lograr reducir el volumen de este agua radiactiva que se acumula en los sótanos de las unidades nucleares, donde se filtra después por efecto del rebalsamiento al océano Pacífico.
Una vez esté operativa la barrera helada, la cantidad de agua que se filtra diariamente en las instalaciones nucleares se reducirá desde las aproximadamente 200 toneladas actuales hasta unas 50 toneladas, según TEPCO.
Esta cantidad se podría reducir aún más si se completa la tercera fase de la barrera subterránea, es decir si se sella el subsuelo del lado este de la central.
La NRA aún no ha autorizado la construcción del «muro de hielo» en esta última zona de la planta, ya que teme que si el nivel de los acuíferos subterráneos en torno a los reactores es inferior al líquido radiactivo que se acumula dentro de ellos se podrían producir fugas.
La compañía energética «vigilará con atención» los niveles de agua en el subsuelo durante todo el proceso de activación del muro para evitar que se produzcan nuevos vertidos, señaló su portavoz. (EFE)
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