Japoneses invadieron Filipinas durante cuatro años
Helen Cook / EFE
Más de 70 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, las llamadas «mujeres de consuelo» filipinas, forzadas a la esclavitud sexual durante los 4 años de invasión japonesa de Filipinas, siguen pidiendo justicia y una disculpa pública por parte de Japón.
Hoy, varias de estas «mujeres de consuelo», ya ancianas, se han manifestado a las puertas del Palacio Presidencial de Manila, donde se encontraba de visita el emperador de Japón, Akihito, que ha viajado al país para conmemorar el 60 aniversario del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre los dos países y el fin de la Segunda Guerra Mundial.
«Nuestras abuelas nunca han oído una disculpa oficial ni recibido compensación del gobierno japonés», se ha quejado la asociación Lila Pilipina, que representa a las mujeres que sufrieron los abusos de los militares nipones durante la contienda.
Sin embargo, el Gobierno filipino parece ignorar a las ancianas que fueron violadas de forma sistemática por soldados japoneses durante la Segunda Guerra Mundial, y ha anunciado que no tratará el espinoso asunto durante el viaje de Akihito, la primera visita oficial de un monarca nipón a Manila.
Según el Gobierno filipino, el asunto de las «mujeres de consuelo» ya está zanjado, y en todo caso no consideran que el emperador sea la figura adecuada con la que tratar la cuestión.
«Hay que entender el papel del emperador de Japón. Le sorprenderá a muchos, pero él no es el jefe de Estado. Es un símbolo de Japón», ha dicho a los medios locales el vicesecretario de Departamento de Comunicaciones de la Presidencia, Manuel Quezon.
A la presidenta de la organización Lila Pilipina, Rechilda Extremadura, no le convence ninguna de las explicaciones del Ejecutivo de Filipinas.
«Quizá (el presidente filipino, Benigno Aquino) sufra de demencia», dice Extremadura en un comunicado remitido a la prensa. «Puede que seamos mayores que él, pero tenemos una memoria mucho más clara», agrega en referencia a la ausencia de una disculpa oficial de Japón por los abusos sufridos por las filipinas.
Durante la ocupación de Japón de Filipinas, de 1941 a 1945, unas mil mujeres -según cifras de Lila Pilipina- fueron secuestradas y llevadas a las «estaciones de consuelo» del Ejército de Japón, lugares establecidos para uso y disfrute de los soldados donde violaban y maltrataban físicamente a las mujeres de forma sistemática.
Filipinas no fue el único país donde los japoneses cometieron estos crímenes, que sucedieron en unas 10 naciones más del Sudeste Asiático ocupadas por los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial.
Los historiadores estiman que en total, unas 200.000 mujeres sufrieron estos abusos, de las que aproximadamente tres cuartas partes fallecieron durante el conflicto, mientras que la mayoría de las supervivientes quedaron estériles debido a enfermedades de transmisión sexual.
Tokio ha admitido que estas violaciones sistemáticas sucedieron en Corea del Sur, e incluso el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, accedió el pasado 28 de diciembre a pagar unos 8,3 millones de dólares a una organización coreana que apoya a las víctimas de la atrocidad.
Sin embargo, las «mujeres de consuelo» de Filipinas dicen seguir luchando por que Japón les pida disculpas también a ellas, además de pagarles una compensación monetaria e incluir este crimen de guerra en los libros de texto de los escolares japoneses.
«Cuando se niegan hechos históricos importantes, como el uso sistemático de esclavas sexuales en tiempos de guerra, siempre hay un peligro real de que las generaciones futuras lo repitan», ha dicho Joms Salvador, la secretaria general de GABRIELA, organización filipina de defensa de los derechos de la mujer.
Debido a su avanzada edad, muchas de estas «mujeres de consuelo» filipinas han fallecido en los últimos años, y Lila Pilipina ya sólo cuenta con unos 70 miembros.
Puesto que el Gobierno de Filipinas no se ha mostrado dispuesto defender en los últimos años a las «mujeres de consuelo» de su país, Lila Pilipina y Malaya Lolas (otro grupo que defiende sus derechos) decidieron recurrir a organismos judiciales internacionales.
En agosto de 2014, las dos organizaciones presentaron una demanda contra el gobierno de su propio país ante el Comité de la ONU para la Eliminación de Discriminación contra Mujeres y Niños (CEDAW, sus siglas en inglés).
«Que nuestro propio Tribunal Supremo le niegue la justicia a las mujeres de consuelo de Filipinas es una violación del Convenio Internacional de Derechos Civiles y Políticos y del CEDAW», dijo entonces a los medios Harry Roque, uno de los abogados que representa a las organizaciones que reclaman justicia.
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