Baños de estilo occidental ganan terreno en Japón
Si a un grupo de extranjeros se les pide que imaginen un baño en Japón, probablemente la gran mayoría pensará en uno de esos inodoros ultramodernos con un montón de botones con funciones cuya existencia ni siquiera concebían.
La realidad, sin embargo, dista mucho de eso. A pesar de que la mayoría de casas en Japón tiene baños al estilo occidental, muchas escuelas no.
Por eso –cuenta el diario Nikkei– cuando un niño de seis años en Japón, acostumbrado al baño limpio con asiento calentito de su casa tiene que usar por primera vez el baño de una escuela pública, un agujero en el piso que lo obliga a ponerse de cuclillas, puede sufrir una especie de shock y tener problemas para encontrar la posición correcta, e incluso caerse.
Los baños de las escuelas en Japón son conocidos como los «5K»: kurai (oscuro), kitanai (sucio), kusai (apestoso), kowai (miedo) y kowareteiru (averiado), dice el diario japonés.
El 54 % de las escuelas de primarias de Japón tienen en su mayoría baños de estilo japonés, en comparación con el 31 % de las guarderías, según un estudio realizado por Kobayashi Pharmaceutical. Ha habido un avance, pues apenas hace apenas cinco años más del 80 % de las escuelas tenía baños japoneses.
Para un país conocido por sus baños limpios y de alta tecnología, “las escuelas de primaria son una extraña excepción”, resalta Nikkei.
¿Por qué? Las escuelas primarias públicas suelen ser antiguas. Muchas fueron construidas en la década de 1970, cuando en Japón había muchos más niños.
Las cifras son contundentes: en 1975, había 10,4 millones de estudiantes de primaria; en 2014, solo 6,6 millones.
La disminución del número de niños desincentiva la construcción de nuevas escuelas.
Los gobiernos municipales, que manejan y financian las escuelas, tienden a destinar sus limitados recursos al fortalecimiento de la infraestructura contra los terremotos, especialmente después del desastre del 11 de marzo de 2011.
No obstante, la situación está cambiando.
Los sitios web de fabricantes de baños como Toto tienen espacios dedicadas a baños para escuelas con el fin de promover diversas tecnologías. Por ejemplo, modelos que cuelgan en la pared, por lo que son más fáciles de limpiar, o baños cuyas descargas ahorran agua mientras remueven los residuos de manera efectiva. Algunas escuelas han comenzado a acondicionar sus baños para hacerlos más confortables y menos intimidatorios para los niños.
Las ciudades donde viven muchos extranjeros, como Yokohama, están sintiendo la necesidad de acelerar la occidentalización de sus baños.
No solo es una cuestión estética. El diseño de los baños puede afectar la salud de los niños.
Los estudiantes en las escuelas con baños de estilo japonés van menos al baño que los estudiantes en las escuelas con baños de estilo occidental. Cerca del 60 % de los niños en las escuelas con inodoros japoneses dijeron que han postergado sus visitas al baño, en comparación con solo el 35 % de las escuelas con inodoros occidentales.
Con el fin de que a sus niños no les choque tanto el uso de los baños en el piso, el 61 % de los padres encuestados por Kobayashi dijeron que habían «entrenado» a sus hijos en lugares públicos con baños de estilo japonés antes de enviar a sus hijos a la escuela.
Ojo que ya en 1977, la producción de inodoros occidentales por parte de Toto superaba a la de los japoneses. Hoy en día, los modelos occidentales representan casi el 99 % de su producción.
Como parte de su programa de responsabilidad social, Kobayashi ha instalado inodoros de estilo occidental en escuelas de todo Japón. Desde 2010, la compañía ha puesto baños (sin costo alguno) en 60 escuelas, y planea elevar la cifra a 100 para 2019.
Así las cosas, cada vez menos niños tendrán miedo de ir al baño en la escuela. (International Press)
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