El Gobierno de Japón expresó hoy su «grave preocupación» por el uso que ha hecho China del aeródromo construido en el arrecife Yongshu Jiao de las islas Spratly, cuya soberanía se disputan varios países de la región.
«Las acciones de China suponen un cambio unilateral del statu quo en la región, y un intento de convertir sus reivindicaciones territoriales y sus trabajos de construcción en una política de hechos consumados», dijo hoy en rueda de prensa el titular nipón de Exteriores, Fumio Kishida.
«Japón no puede aceptar (actos) que suponen una escalada de las tensiones en la región, y su preocupación es compartida con la comunidad internacional», afirmó Kishida, en alusión a las protestas que también han expresado otros países como Vietnam, Filipinas y Estados Unidos.
Tokio «continuará cooperando con otros países implicados en la protección de la libertad en las aguas», añadió el ministro nipón.
El domingo, un avión civil chino aterrizó por primera vez en el arrecife Yongshu Jiao (Fiery Cross) del archipiélago Spratly, donde China ha construido una isla artificial pese a las protestas de países que reclaman la soberanía de las islas.
El avión, según confirmó este fin de semana el Ministerio de Asuntos Exteriores chino, tomó tierra en el arrecife y comprobó la viabilidad de unas pistas que China comenzó a construir en 2014, aunque su existencia no fue conocida públicamente hasta 2015, cuando la revista militar británica IHS Jane publicó imágenes de las obras.
La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino Hua Chunying señaló en un comunicado que «China tiene soberanía indiscutible sobre las islas Nansha», nombre con el que los chinos denominan a las Spratly.
Las disputas entre China y sus vecinos por la soberanía de islas del Mar de China Meridional, como las Spratly o las Paracel, han aumentado en los últimos años, coincidiendo con una mayor intervención de EEUU en un conflicto con décadas de historia en aguas que se cree tienen grandes recursos petrolíferos.
Pekín también mantiene una disputa territorial con Tokio sobre el archipiélago Senkaku (Diaoyu en chino), administradas por Japón pero reclamadas por el gigante asiático. (EFE)
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