Declaraciones de Shinzo Abe también generan inquietud
La Bolsa de Tokio se desplomó el lunes más de un 3 por ciento en su primera sesión del año después de que una nueva contracción en la actividad industrial de China reavivase la preocupación ante una ralentización de la segunda economía mundial.
El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio cerró con una bajada de 582,73 puntos, un 3,06 por ciento, hasta los 18.450,98 puntos, mientras que el segundo indicador, el Topix, que agrupa a los valores de la primera sección, retrocedió 37,63 puntos, un 2,43 por ciento, hasta las 1.509,67 unidades.
El parqué tokiota abrió con una marcada tendencia a la baja arrastrada por las fuertes pérdidas registradas en Wall Street en la última sesión del año pasado y aceleró su caída después de que unas declaraciones del primer ministro nipón desataran la preocupación sobre la marcha de la economía nacional.
Durante su discurso con motivo de la primera sesión parlamentaria del año, el jefe del Ejecutivo nipón, Shinzo Abe, señaló que 2016 será un año de crecimiento económico, aunque también admitió que queda «trabajo» para superar la deflación, una intervención que fue acogida con frialdad por los inversores.
El factor que terminó de agudizar la caída en Tokio fue la publicación del índice general gestor de compras industriales de China de la revista económica Caixin, que mostró una actividad industrial menor de lo esperada en diciembre, reavivando los temores a una posible ralentización de la economía china.
Los datos provocaron además el desplome de las bolsas chinas.
Shanghái y Shenzhen cerraron por primera vez en su historia de manera prematura -tras un parón temporal de 15 minutos de su cotización también sin precedentes en ella- tras la entrada en vigor de las normas que permiten estas medidas excepcionales si se alcanzan pérdidas superiores a un 7 por ciento en un indicador.
Los sectores que registraron las mayores pérdidas fueron el de la alimentación, el químico y el de los equipos de transporte.
Las emisiones con una fuerte vinculación con China fueron los más perjudicados, entre cuyas caídas destacaron las del fabricante de cosméticos Shiseido, que cayó un 4,7 por ciento, y el fabricante de robots industriales Fanuc, que retrocedió un 3,2 por ciento.
Los fabricantes de automóviles se vieron además afectados por la fortaleza del yen frente al dólar estadounidense.
Honda Motor cerró con un descenso del 4,6 por ciento, mientras que Nissan Motor, Mazda Motors y Fuji Heavy Industries se dejaron todos más de un 3 por ciento.
El gigante nipón de la electrónica Toshiba, que subió un 2 por ciento, fue uno de los pocos ganadores de la sesión después de que el diario económico Nikkei informara el pasado jueves de la posible fusión de su negocio de electrodomésticos con la del grupo Sharp, en una iniciativa impulsada por el fondo público-privado Innovation Network Coporation of Japan (INCJ).
El volumen de negocio ascendió a 2,26 billones de yenes (17.411 millones de euros), muy por encima de los 1,65 billones de yenes (12.683 millones de euros) del pasado 30 de diciembre, última sesión del año antes de los festivos nacionales por Año Nuevo. (EFE)
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