Compañías japonesas se preparan para definir el automóvil del futuro

Foto: Toyota

Coches de gasolina comienzan a ser parte del pasado


La industria del automovilismo está ingresando a una nueva era. Las fuentes de energías, las piezas, los materiales, todo va a cambiar. Y ese nueve orden de cosas, como una onda expansiva, se propagará a otros sectores.

El diario Nikkei lo pone de este modo: el gran reto para las compañías automovilísticas de Japón es definir los vehículos del mañana.

Durante el Tokyo Motor Show que se celebró en octubre, el presidente de Toyota, Akio Toyoda, recordó el revolucionario modelo T de Ford. Tras su salida al mercado hace unos 100 años, dijo que unos 15 millones de caballos en Estados Unidos fueron reemplazados por los automóviles en un periodo de 20 años.


«Los vehículos híbridos también fueron visto alguna vez visto como ridículos», dijo. «Ahora son algo común. Pero a menos que sigamos adelante, no vamos a ser capaces de abrir el camino hacia el futuro”.

¿Y a dónde apunta ese futuro? Los fabricantes de automóviles japoneses se están centrando en los vehículos de pila de hidrógeno y los coches eléctricos.

«Los automóviles equipados solo con motores no podrán sobrevivir «, advierte Kiyotaka Ise, alto directivo de Toyota. La compañía japonesa se ha propuesto reducir a casi cero las ventas de coches de gasolina en 2050.


Mientras tanto, Honda se está preparando para producir vehículos de pila de hidrógeno en Tochigi. Honda perdió ante Toyota en el campo de los híbridos y anda a la zaga con respecto a su rival en lo que se refiere a los coches de hidrógeno.

El Mirai de Toyota se convirtió en 2014 en el primer vehículo de pila de hidrógeno producido en serie del mundo.


Sin embargo, el FCX de Honda fue en 2002 el primer vehículo de hidrógeno certificado por el gobierno de Estados Unidos. Y pese a que no lidera el mercado, no está dispuesto a quedarse atrás.

El presidente de Honda, Takahiro Hachigo, anunció que el nuevo modelo que se producirá en Tochigi podrá recorrer más de 700 kilómetros con un tanque lleno de hidrógeno. El Mirai alcanza los 650 kilómetros.

Los vehículos de pila de hidrógeno tienen motores giratorios, que funcionan con electricidad generada a través de una reacción química entre el hidrógeno en tanques y el oxígeno en el aire.

Deloitte Tohmatsu Consulting, una empresa de investigación con sede en Tokio, estima que el impacto de las ventas de estos coches en Japón alcanzaría los 4,4 billones de yenes (36.000 millones de dólares) en 2030.

El crecimiento tendrá un gran impacto no solo en la industria automotriz, sino también en sectores también relacionados, como el de la refinación de petróleo, que debe lidiar con una débil demanda.

Tsuyoshi Kameoka, presidente de la compañía Showa Shell Sekiyu, admitió que enfrentan una situación muy difícil debido a que la demanda sigue cayendo.

Las condiciones adversas de negocios empujaron a su empresa y a su rival Idemitsu Kosan a llegar a un acuerdo básico para fusionarse en 2016.

Quienes también la tendrán difícil por el abandono de los motores de gasolina serán los abastecedores de autopartes.

Para adaptarse a los nuevos tiempos, la compañía Nippon Piston Ring se está diversificando: está produciendo piezas de aluminio para semiconductores e implantes dentales.

Ojo, no solo cambiarán los coches del futuro, sino también la manera en que los utilizamos, advierte Nikkei.

Durante una conferencia realizada en Los Angeles Auto Show en noviembre, John Zimmer, presidente de Lyft, un proveedor estadounidense de servicios de transporte compartido, dijo que su hija no sacará una licencia de conducir cuando cumpla 16 años porque no la va a necesitar.

Lyft, que fue fundada en 2012, está cerca de alcanzar los mil millones de dólares en ingresos anuales brutos. La valoración empresarial de la estadounidense Uber Technologies, competidora de Lyft, asciende a 50.000 millones de dólares, más que Nissan. Signo de los tiempos.

¿Están las empresas japonesas realmente preparados para los cambios que se avecinan?, se pregunta Nikkei.

Cuatro días antes de la conferencia de Zimmer, se realizó un evento llamado Toyota Onramp 2015 que convocó un concurso en el que los competidores tenían que crear propuestas de negocio centradas en el i-Road, el vehículo eléctrico ultracompacto de Toyota.

El ganador fue Jason Weiner, dueño de una compañía de software. ¿Su idea? Programar el i-Road para servir ya sea como un coche o una bicicleta eléctrica con velocidad limitada, dependiendo de si el usuario tiene una licencia de conducir. El futuro está abierto. Todo parece posible. (International Press)

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