Les enseña idioma japonés y busca empoderarlos
La Asociación de Yokohama para el Intercambio y Comunicación Internacional ofrece a los extranjeros un servicio esencial para salir adelante en tierra ajena: aprender el idioma japonés.
Un servicio del que se habría podido beneficiar el peruano Vayron Jonathan Nakada Ludeña, implicado en el asesinato de seis personas en Saitama, subraya Kyodo. A pesar de que lleva diez años en Japón, Nakada no habla bien japonés.
Quien sí se está beneficiando de esta ayuda es el brasileño Wilfred Hirota, que llegó a Japón hace casi dos años y trabaja en un restaurante de comida rápida. Hirota es una de las muchas personas que toman clases grupales de conversación en japonés.
Hirota no solo aprende, sino que también la pasa bien. «Cada vez que vengo aquí puedo aprender una palabra nueva, así que es divertido», dice.
Los participantes se sientan alrededor de una mesa junto con los profesores para discutir temas como, por ejemplo, la comida favorita de cada uno.
Cuando no pueden hacerse entender, recurren a lo que hacemos todos cuando queremos expresar algo pero no encontramos las palabras para ello: los gestos.
El grupo tiene clases dos veces por semana. Un curso de 20 lecciones cuesta 10.000 yenes (82 dólares). Algunos cursos son gratuitos.
Los extranjeros aprenden cosas prácticas y útiles. Por ejemplo, cómo hacer llamadas de emergencia o cómo separar la basura para reciclaje.
Además, la asociación ofrece un servicio gratuito en el que intérpretes acompañan a los extranjeros a oficinas públicas para ayudarlos con los trámites.
Mika Fujii, una trabajadora de la asociación, explica que no se limitan a enseñar nihongo, pues también buscan empoderar a los extranjeros para que puedan integrarse a la comunidad.
La dificultad o incapacidad para comunicarse fluidamente en japonés puede ser un obstáculo para acceder a atención médica y otros servicios públicos en Japón, afirma Kyodo. “Construir puentes de comunicación es esencial”, apunta.
Justamente haciendo hincapié en el acceso a atención médica, Satoru Abe, director de una clínica en Isesaki, Gunma, donde viven muchos extranjeros, dice que muchas personas no consiguen acostumbrarse a otra cultura y se agotan mentalmente. «Uno se pregunta si alguien podría haber sido capaz de llegar a ayudar a (Vayron) Nakada», añade.
Por otro lado, el abogado Kotaro Tanaka declara a Kyodo que el Consulado General de Perú en Tokio realiza giras cuatro veces al año en prefecturas distantes como Tochigi y Shizuoka para brindar asesoría jurídica en español. (International Press)
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