Inquilinos hacen negocio con viajeros en Tokio y otras zonas
Un dolor de cabeza para las agencias inmobiliarias. En Japón se han reportado numerosos casos de personas que toman en alquiler apartamentos en Tokio y otras zonas y luego los subarriendan a viajeros sin el permiso de los propietarios.
El Código Civil prohíbe a los inquilinos subarrendar apartamentos sin la autorización de los dueños, recuerda Mainichi Shimbun.
El ejecutivo de una agencia de bienes raíces con sede en Tokio se sorprendió al ver la foto de un condominio que la compañía gestiona en un sitio web que ofrece propiedades en alquiler.
La foto mostraba una habitación de seis tatamis con una leyenda que decía que hasta diez personas podían permanecer en el sitio y que era “un agradable alojamiento”.
El hombre que firmó el contrato de arrendamiento del espacio aseguró que iba a vivir allí con su esposa e hijo. Sin embargo, los vecinos nunca vieron a la familia.
Cuestionado por la agencia, el hombre admitió que subarrendaba el sitio a viajeros. El inescrupuloso pagaba 100.000 yenes (820 dólares) de alquiler mensual, pero recibía de cada viajero 16.000 yenes (130 dólares) por noche. La agencia inmediatamente revocó el contrato de arrendamiento.
El ejecutivo de la firma de bienes raíces se quejó de que si un apato es ocupado por un gran número de viajeros que solo están de paso, podrían ensuciarlo o no cumplir las reglas sobre el manejo de la basura, socavando el valor de la propiedad.
Además, muchas agencias inmobiliarias temen que los espacios subarrendados a viajeros puedan ser utilizados por terroristas u otros delincuentes.
Una niña china de 4 años murió tras caer desde el balcón de una habitación ubicada en el piso 12 de un complejo de condominios en Shibuya, Tokio, donde estaba alojada con su madre. Ambas estaban de viaje en Japón con cerca de 10 personas que permanecían en cuatro alojamientos en el mismo complejo.
El espacio había sido subarrendado en internet sin el consentimiento de su propietario.
El representante de una compañía de bienes raíces en Tokio, que chequea regularmente internet para ver si las propiedades que gestionan están siendo subarrendadas, afirma en declaraciones a Mainichi que en algunas zonas más de la mitad de las propiedades han sido subarrendadas.
Un hombre, que subarrienda una propiedad en Setagaya, reconoció que puede ganar alrededor de tres veces el alquiler mensual subarrendando el apartamento.
El propietario de una casa puede cancelar un contrato de alquiler si el inquilino subarrienda la propiedad a terceros sin su permiso. El Código Civil lo ampara. El problema es que la ley no prevé sanciones para los infractores. (International Press)
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