El presidente de la compañía japonesa es cuestionado
La detención de Julie Hamp, exdirectiva de Toyota, por introducir de manera ilegal en Japón 57 pastillas de oxicodona, un potente analgésico, ha puesto en tela de juicio la responsabilidad del presidente del gigante del motor, Akio Toyoda.
Hamp ha declarado que no sabía que estaba violando la ley. Un día después de su arresto, Toyoda dijo que la estadounidense era un miembro “valioso” de la empresa y que estaba convencido de que no había infringido la ley de manera intencionada.
Con respecto a su dimisión, una fuente de Toyota a la que tuvo acceso Mainichi conjeturó que “ella, como directora de comunicaciones, se sentía responsable de causar confusión».
Hace apenas tres meses, la estadounidense se convirtió en la primera mujer en asumir un cargo directivo en Toyota. Su designación obedeció a la intención de añadir diversidad a los puntos de vistas en el manejo corporativo de una compañía dominada por hombres.
Además, Hamp fue el primer extranjero en trabajar como ejecutivo de Toyota en Japón.
Sin embargo, un experto japonés en gestión empresarial hizo notar que Hamp tenía relativamente poco tiempo en Toyota antes de ser elegida para su cargo.
«Creo que Toyota puso demasiada importancia en su elección al hecho de que fuera extranjera o mujer, y terminó eligiendo a alguien que no estaba bien informado sobre Japón”, dijo.
En ese aspecto, la fuente de Mainichi manifestó que el caso de Hamp ha puesto de relieve el tema de la preparación de personal familiarizado con las operaciones de Toyota tanto en Japón como en el extranjero. (International Press)
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