1 de cada 4 okinawenses murió en la última gran contienda de la II Guerra Mundial
Japón recordó hoy con un minuto de silencio y una ceremonia solemne el 70 aniversario de la conclusión de la batalla de Okinawa, la última gran contienda de la II Guerra Mundial, en la que murieron más de 200.000 personas.
Miles de personas se congregaron para participar en el ceremonial desde primera hora del día en el Parque Memorial de la Paz de la ciudad de Itoman, en el extremo sur de la isla principal del archipiélago de Okinawa (sur de Japón), donde tuvieron lugar los últimos combates.
El primer ministro nipón, Shinzo Abe, y la embajadora estadounidense en Japón, Caroline Kennedy, tomaron parte en los actos para rendir tributo a las víctimas.
La batalla de Okinawa, que comenzó en la primavera de 1945, fue la única invasión terrestre de EE.UU. en Japón durante la II Guerra Mundial, y se produjo pocos meses antes de la rendición total del país asiático a los pocos días de lanzarse las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki.
El sangriento enfrentamiento duró tres meses y costó la vida de uno de cada cuatro okinawenses, unos 94.000 en total.
En la ceremonia también participó el gobernador de la prefectura de Okinawa, Takeshi Onaga, que tiene previsto hoy pedir al Gobierno nipón que suspenda el polémico traslado de una base militar estadounidense dentro de la isla.
Las autoridades okinawenses suelen aprovechar el aniversario para subrayar la pesada carga que soporta aún este pequeño archipiélago, que acoge el 75 por ciento de las instalaciones militares estadounidenses que hay en Japón.
Las bases militares, que ocupan una quinta parte de la superficie de la isla principal, fueron construidas sobre suelo expropiado durante el periodo de ocupación estadounidense que duró hasta 1972, dos décadas más que en el resto del país asiático. (EFE)
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