En abril del año pasado, un policía víctima de bullying, agobiado por el maltrato que sufría por parte de su jefe, se quitó la vida en Fukushima.
Poco más de un año después, el gobierno local ha reconocido el suicidio del policía como un accidente en acto de servicio, motivo por el cual su viuda recibirá una indemnización, informaron fuentes judiciales.
La víctima tenía 51 años y se desempeñaba como inspector jefe de la policía de Fukushima. Fue encontrado colgado en una instalación policial. Había dejado una nota en la que decía que estaba “cansado del trabajo”.
Tras el suicidio, se inició una investigación interna que determinó que entre diciembre de 2013 y abril de 2014 el jefe del suicida lo amonestó varias veces delante de otros policías cuando presentaba informes que necesitaban su aprobación, diciéndole, por ejemplo, que no escribiera como si fuera “un niño de escuela” o si alguna vez había aprendido gramática.
Su jefe lo obligaba a escribir sus informes tres o cuatro veces, lo que le impedía dormir. En abril, mes en que se suicidó, apenas tomó un día de descanso.
Lamentablemente, la tragedia no acabó aquí. Tras enterarse del suicidio del inspector jefe, su inmediato superior, un hombre de 52 años, decidió quitarse la vida. Dejó una nota en la que expresaba su pesar por no haber sido capaz de proteger a su subordinado.
El responsable de la doble tragedia, un policía de 45 años llamado Takayuki Seino, estaba a la cabeza de la división de investigación criminal de Fukushima y cuando se le exigió explicaciones se excusó diciendo que creía que “estaba cumpliendo con su trabajo”. (International Press)