Hasta ahora lo aportado por Tokio no constituye prueba suficiente
La Comisión Ballenera Internacional (CBI) comunicó a Japón que necesita más datos de su plan para reanudar la pesca de cetáceos en la Antártida con objeto de evaluar si las metas que propone son o no científicas.
Según explicaron representantes de la Agencia de Pesca japonesa a la agencia Kyodo, la comisión considera que será necesaria información más detallada para emitir un dictamen porque la aportada no constituye prueba suficiente de la validez de sus objetivos científicos.
En marzo de 2014, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) dictaminó que el programa japonés de pesca de ballenas en el océano Antártico no era legal al no ajustarse a los «fines científicos» establecidos por la CBI para poder llevar a cabo este tipo de prácticas.
Japón acató el veredicto y preparó un plan revisado que recorta en dos tercios el volumen de ejemplares pescados (hasta los 333 rorcuales aliblancos al año) con la idea de que la comisión pueda dar el visto bueno a las capturas.
La CBI volverá a discutir el plan revisado en la reunión de su comité científico que se celebra del 20 de mayo al 4 de junio en San Diego (Estados Unidos).
Japón, que firmó la moratoria total de las capturas de ballenas con fines comerciales que entró en vigor en 1986, emprendió al año siguiente programas de capturas científicas defendiendo que estaban amparadas por el artículo VIII de la Convención de 1946 de la CBI.
Estos programas han sido duramente criticados por muchos países que los consideran pesca comercial encubierta, dado que la carne de los especímenes capturados y estudiados es posteriormente vendida.
Pese a cancelar su campaña en la Antártida el año pasado, Japón tiene vigente otra de captura de ballenas con fines científicos en el Pacífico Norte y además sigue pescando con fines comerciales especies más pequeñas de cetáceos, incluidos defines, en sus costas. (EFE)