Diálogo entre ambos países podría romperse
Corea del Norte amenazó el jueves con romper su diálogo con Japón sobre el tema de los ciudadanos nipones secuestrados por Pyongyang hace décadas, después de que Tokio renovara sus sanciones contra el país vecino por incumplir sus promesas.
El régimen norcoreano ha comunicado al Ejecutivo nipón que los contactos entre ambos países «corren el riesgo de romperse» debido a que Japón «ha decidido internacionalizar» la situación de los derechos humanos en Corea del Norte, según recoge la agencia de noticias estatal KCNA.
Pyongyang ha expresado así su descontento por el apoyo de Japón a la iniciativa para que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU investigue los supuestos de crímenes contra la humanidad cometidos por el régimen norcoreano.
En su queja diplomática enviada a Tokio, Corea del Norte también critica las redadas realizadas la semana pasada por la policía nipona en el domicilio de Ho Jong Man, líder de la Asociación General de Residentes Coreanos en Japón (Chongryon), debido a la supuesta importación ilegal de champiñones norcoreanos.
La amenaza de Pyongyang pone en la cuerda floja las conversaciones entre ambos países sobre el asunto de los secuestros, días después de que Japón renovara sus sanciones a Corea del Norte debido a que este país no presentó los resultados de una investigación a la que se había comprometido.
El pasado mes de julio el Gobierno japonés levantó sanciones unilaterales en materia de desplazamientos y de envío de remesas entre ambos países después de que Pyongyang se comprometiera a reabrir una investigación sobre los 12 japoneses y otros posibles casos de secuestro.
En base a ese acuerdo, Japón esperaba recibir el año pasado un primer informe del Comité de Investigación Especial norcoreano -que a fecha de hoy sigue sin haber sido presentado- así como las conclusiones de las pesquisas este próximo verano.
Japón sostiene que entre 1977 y 1983 al menos 17 japoneses fueron secuestrados por Corea del Norte para sustraer sus identidades o para que adiestraran en su cultura e idioma a los espías norcoreanos.
En 2002 Pyongyang reconoció varios de los secuestros y devolvió a cinco ciudadanos a Japón, pero afirmó que los 12 restantes o bien habían fallecido o bien ni siquiera pisaron nunca suelo norcoreano, una versión de la que desconfía el Ejecutivo de Tokio.
El tema de los secuestros, el principal obstáculo para la normalización de los lazos entre ambos países, que no mantienen relaciones diplomáticas. (EFE)
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