Duelo de influencias en la región
El ministro de Finanzas nipón, Taro Aso, mostró hoy su reticencia sobre la posibilidad de que Japón se adhiera al Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (AIIB) impulsado por Pekín y al que se han unido varios países europeos.
Japón «es muy cauteloso en lo que respecta a participar» en la entidad, dijo Aso en rueda de prensa.
Su comentario contrasta con lo dicho el pasado viernes, cuando insistió en que Tokio analizaría «cuidadosamente la iniciativa en términos económicos y de diplomacia» y que «cabría la posibilidad» de que el Gobierno japonés debatiera sobre cómo va a operar esta nueva entidad.
Tokio ha insistido en la importancia de garantizar la transparencia de las operaciones del AIIB, lanzado por Pekín en octubre en un aparente intento de reducir la excesiva influencia de EEUU en el Banco Mundial (BM) y la de Japón en el Banco Asiático de Desarrollo (BAD).
Sin embargo, Aso no descartó hoy la posibilidad de que el BAD coopere con el AIIB.
«Sería lo más deseable (para las entidades) trabajar de manera conjunta en infraestructuras, aunque esto no sucederá fácilmente si sus reglamentos son completamente diferentes», explicó el responsable japonés de Finanzas en declaraciones recogidas por la agencia Kyodo.
Medios estadounidenses han apuntado a que Washington está proponiendo a Pekín mecanismos para que el AIIB pueda colaborar con entidades como el BM.
Pese a la oposición mostrada por Washington, países europeos como Reino Unido, Francia, Alemania e Italia han decidido unirse al banco de desarrollo patrocinado por Pekín.
China ha puesto el 31 de marzo como fecha límite para los países interesados en participar como miembros fundadores de la nueva entidad. (EFE)
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