Encuentro mundial se realiza en Sendai, que sufrió el tsunami de 2011
María Roldán / EFE
Con el objetivo de establecer un nuevo plan de acción ante desastres para la próxima década, representantes de más de 150 países se reúnen en la III Conferencia Mundial de Naciones Unidas (ONU) sobre la Reducción del Riesgo de Desastres que se celebra en la ciudad japonesa de Sendai (noreste).
Más de 5.000 participantes asisten al encuentro que se prolongará hasta el próximo miércoles, y en el que buscan establecer un nuevo plan de actuación y financiación para mitigar el impacto de los desastres, en sustitución del plan de acción de Hyogo que ha cubierto los últimos diez años.
Los objetivos principales son reducir el daño en las infraestructuras, aumentar el número de países con estrategias enfocadas a paliar los efectos de estos fenómenos y mejorar las ayudas económicas para los países en desarrollo, ya que el 90 por ciento de las víctimas de desastres pertenecen a estos países.
Para que la protección sea efectiva, se debe «ayudar a los más pobres a acceder a esos medios», dijo el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, durante la ceremonia de apertura, a la que han asistido el emperador Akihito y la emperatriz Michiko.
Ban dijo que la prevención de riegos «es de interés de todos» y expresó su deseo de hacer de este encuentro un «éxito» por «todas las víctimas de estos desastres».
Cerca de 1,2 millones de personas fallecieron y 2.900 millones se vieron afectadas por desastres entre el año 2000 y el 2012, según datos de la ONU, que estima que estos fenómenos generaron daños económicos por valor de cerca de 1,7 billones de dólares durante ese período.
Además, cada año se pierden hasta 300.000 millones de dólares por los daños que causan terremotos, tsunamis, ciclones e inundaciones, según las estimaciones del organismo.
Se espera que el nuevo plan, cuyas conclusiones se expondrán el día 18, establezca objetivos numéricos por primera vez para reducir el número de víctimas y las pérdidas económicas, de modo que los progresos puedan ser evaluados de forma más eficaz.
El anfitrión, Japón, es un país en el que los desastres son frecuentes, por lo que llevan «mucho tiempo trabajando en la prevención de riesgos», dijo el primer ministro, Shinzo Abe.
Abe manifestó que el país asiático espera compartir las lecciones aprendidas tras el terremoto, el tsunami y el accidente nuclear de 2011, y ampliar la colaboración internacional para luchar contra estas situaciones.
A este respecto, el jefe del Ejecutivo nipón anunció que ofrecerá 4.000 millones de dólares en ayuda internacional para mejorar la gestión de desastres hasta 2018, y adelantó los planes de Tokio para ayudar a entrenar a 40.000 expertos de todo el mundo en la prevención de desastres y la reconstrucción tras los mismos.
El gobierno japonés añadió que la cooperación internacional en la prevención de desastres ayudaría al mundo a adaptarse a los efectos del cambio climático -tema sobre el que se debatirá ampliamente en la conferencia-, y los posibles desastres naturales que provoca.
Durante los cinco días que dura la conferencia, y al margen de las sesiones plenarias, se celebrarán más de 30 sesiones de trabajo, así como reuniones de alto nivel que cubren una amplia gama de temas sobre desastres, y cerca de 350 simposios y seminarios organizados por organismos no gubernamentales.
Japón ha acogido las tres conferencias sobre desastres celebradas por el organismo internacional.
La primera tuvo lugar en Yokohama (sur de Tokio) en 1994, la segunda en Kobe (centro) en 2005 y la presente en Sendai, una de las ciudades afectadas por el terremoto y tsunami de 2011, y que inaugura el evento tres días después del cuarto aniversario de la tragedia.
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