Psiquiatra advirtió que adolescente podía matar a alguien
En julio del año pasado, el asesinato de Aiwa Matsuo, una estudiante de 15 años, en Nagasaki conmocionó a Japón. La menor perdió la vida a manos de una compañera de estudios, una chica de 16 años que ejecutó el crimen con un martillo y una sierra.
El crimen podría haberse evitado si tres directivos de un centro de consulta infantil hubieran actuado con diligencia. Por su pasividad han sido amonestados por el gobierno de la prefectura de Nagasaki, informó la agencia Kyodo.
Entre los reprendidos figura el jefe del centro.
Un mes antes del asesinato, un psiquiatra que evaluó a la homicida determinó en un informe que la chica podía matar a alguien si su caso no era atendido.
El centro ignoró el reporte del médico y decidió no aceptarlo formalmente. Por ello, el gobierno de Nagasaki concluyó que el establecimiento incumplió sus deberes como organización que vela por el bienestar infantil.
El 25 de julio de 2014, la asesina golpeó a Aiwa en la cabeza con un martillo, luego la estranguló y finalmente la mutiló. Un día después fue arrestada.
La chica, que no ha sido identificada y que vivía sola en un apartamento, declaró a la policía que tenía deseos de matar a alguien desde que era estudiante de secundaria.
La adolescente tenía antecedentes de violencia. En marzo del año pasado, golpeó a su padre en la cabeza con un bate de béisbol. En octubre, el papá se suicidó. (International Press)