Coleccionista japonés posee más de 500 piezas del artista español
Tokio acoge desde el lunes una exposición de la mayor colección de cerámicas de Picasso, en manos del nipón Toshiyasu Fujinawa, con el objetivo de acercar al pueblo japonés, gran apasionado de este arte, las obras del artista malagueño.
La muestra, que permanecerá abierta hasta el 13 de marzo en la Embajada de España de la capital nipona, está compuesta por 30 de las más de 500 obras pertenecientes a Fujinawa.
Entre las piezas, que reflejan el arte colorista de su autor, destacan dos.
La primera y «preferida» del coleccionista, es un recipiente con forma de trípode modelado en tonos azules y blanco que «ha sido escogida como insignia de la exposición», dijo a Efe el consejero cultural de la embajada, Santiago Herrero.
La segunda, un enorme jarrón en tonos marrones y barnizado en blanco, tasado en 28 millones de yenes (206.745 euros), al que le acompaña una pieza con idénticos motivos barnizada en negro, que alcanza los 22 millones de yenes (162.445 euros).
Jarrones con motivos ornitológicos, como un curioso ejemplar con forma de pato, y platos que evocan las corridas de toros se suman a piezas coloristas de ojos saltones y elementos mediterráneos.
La fructífera relación entre Fujinawa y las cerámicas de Picasso (Málaga, España, 1881 – Mougins, Francia, 1973) surgió «por casualidad», relató Herrero.
A finales de los 80, el que es hoy el mayor coleccionista de este tipo de obras del autor de «Las Señoritas de Avignon», decidió que quería invertir en arte y crear su propia colección.
El azar quiso entonces que un marchante de arte le ofreciera comprar un lote de 30 cerámicas de Picasso con las que quedó encantado, y que le han llevado a hacerse con un total de 508 piezas, las últimas ocho adquiridas este último año.
Un marchante en Nueva York se encarga de avisarle cada vez que una de estas obras cae en sus manos.
Aunque Fujinawa se ha especializado en la alfarería, también posee algunas pinturas del malagueño.
La de las cerámicas es una etapa tardía para el artista formando en París, quien bien entrado en los 60 despertó su interés por la cerámica en Vallauris, en el sur de Francia, de la mano de artesanos como Jules Agard del estudio Madoura.
A pesar de ello, Picasso creó cerca de 3.000 obras de este material en soportes variados como platos, recipientes, baldosas, bandejas y vasos.
La exposición comenzó a gestarse hace un año, en plena celebración del Año Dual España-Japón, y se celebra ahora con la intención de «enseñar a los japoneses que seguimos esforzándonos para mantener la buena salud de las relaciones culturales entre ambos países», explicó Herrero.
Para el pueblo japonés, uno de los más sensibles y admiradores de este arte, una muestra de estas características es «un regalo para los ojos», opinó Herrero, dada la larga tradición que guarda la cultura nipona con la cerámica. (EFE)
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