Japoneses están valorando más las relaciones familiares
¿Que todo el mundo se divorcia? ¿Que en estos tiempos el amor dura menos que un helado? Hay parejas en Japón que lo desmienten. La renovación de votos matrimoniales está arraigando en los últimos dos o tres años en el país asiático.
El estancamiento de la economía japonesa y las secuelas del terremoto del 11 de marzo de 2011 –explica Kyodo– han empujado a muchos japoneses a valorar más sus relaciones familiares. Así las cosas, renovar el compromiso con el esposo o la esposa se ha convertido en una manera de expresar gratitud.
Masataka Okubo y su esposa Hiroko renovaron sus votos tras 20 años de matrimonio para “seguir juntos de la mano”, en una ceremonia realizada en el restaurante favorito de la pareja.
Cuando Hiroko le dijo a Masataka que quería “ponerse un vestido de novia por una vez en su vida” (ella no usó uno cuando se casaron), la pareja decidió reafirmar su amor en una ceremonia. Así, Hiroko pudo cumplir su anhelo de usar un vestido de novia.
Los Okubo desembolsaron 300.000 yenes (2.400 dólares) en un evento que en palabras de Masataka, dueño de una empresa en Yokohama, “bien valió la pena el dinero”.
«Se veía tan hermosa (en la ceremonia)», afirma Okubo, de 57 años, refiriéndose a su cónyuge. «Con ella me siento capaz de seguir adelante», subraya.
Por su parte, Hiroko, de 59 años, le dice a Kyodo: «(La ceremonia) me hizo darme cuenta una vez más de que tengo que cuidar la salud de mi esposo y atesorarlo».
Tomohiro Koizumi (40), propietario de un restaurante en Tokio, leyó una sentida carta de agradecimiento en una ceremonia de renovación de votos.
«Gracias por iluminar siempre nuestra familia con tu natural alegría», le dijo a su esposa Yuko (44). A ella y sus dos hijas les dedicó las siguientes palabras: «Hace una docena de años, yo no tenía nada; ustedes me dieron una nueva vida».
Para Yuko el gesto de su esposo fue una conmovedora sorpresa, pues él es de pocas palabras. Sus hijas también se emocionaron y como ella derramaron lágrimas.
La escritora Megumi Ushikubo declara a Kyodo que el fenómeno de la «segunda boda» está relacionado con el hecho de que en medio del estrés y las dificultades que enfrentan los japoneses, “muchos sienten que sus familiares son los únicos que todavía creen en ellos».
La iniciativa no siempre parte de los esposos. La compañía tokiota Vow Renewal Japan, que desde 2013 planifica este tipo de ceremonias, revela que en varios casos son los hijos de la pareja quienes hacen todos los arreglos como un regalo para sus papás.
No es necesario esperar hasta las bodas de plata (25 años) u oro (50) para celebrar el amor, el compromiso, la lealtad. Cualquier día puede ser una ocasión especial. Como bien apunta Vow Renewal Japan, «si usted se demora y espera los acontecimientos importantes de la vida como las bodas de oro, puede terminar lamentando haber perdido la oportunidad si pasa algo antes de eso, como la enfermedad de un padre». (International Press)
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