Un comité de expertos ha propuesto a la prefectura de Miyagi (noreste de Japón) que conserve intactos los restos de cuatro edificios duramente golpeados por el tsunami de marzo de 2011 para recordar esta tragedia que causó más de 18.000 muertos y desaparecidos.
Entre los cuatro edificios se cuentan el ayuntamiento de la localidad de Minami Sanriku, donde 43 funcionarios fallecieron al ser engullidos por el agua, y una comisaría de policía de Onagawa, pueblo en el que la ola alcanzó unos 15 metros de altura y destruyó todo el centro urbano.
También hay dos colegios de primaria, el de Kadowaki de la localidad de Ishinomaki (la más dañada por la tragedia), que además del embate del agua sufrió un incendio, y el de Arahama en la ciudad de Sendai, en cuyo último piso y azotea muchos estudiantes y vecinos lograron ponerse a salvo del tsunami.
Entre los criterios de selección, el comité valoró los daños visibles que presentan las estructuras para así testimoniar la intensidad del tsunami, las lecciones que se puedan extraer de ellos para afrontar futuros desastres o el que puedan ser utilizados como lugar de duelo y rezo en memoria de las víctimas de la tragedia.
Conservar o no este tipo de edificios parcialmente destruidos por el terremoto de 9 grados Richter y el posterior tsunami del 11 de marzo de 2011 ha sido un tema controvertido en el noreste de Japón.
Esto se debe a que muchas personas que perdieron a sus seres queridos por el desastre piden que sean demolidos por considerar que constituyen un recuerdo doloroso que se ve a diario al caminar por estos pueblos y ciudades.
La prefectura de Miyagi fue la que más sufrió la embestida del tsunami, ya que el epicentro del terremoto se sitúo apenas a 70 kilómetros de su costa, y más de 10.000 personas fallecieron o resultaron desaparecidas allí a causa de la catástrofe. (EFE)
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