Los relaja y fomenta el intercambio de ideas
El exceso de ruido resulta perjudicial en un trabajo. Perturba a los empleados, los desconcentra, los estresa. Sin embargo, para algunos el silencio también puede ser negativo.
Un número creciente de empresas en Japón está encontrando un equilibrio entre un extremo y otro: la música, según Yomiuri Shimbun. Música suave, claro, no temas de Metallica o The Who.
Por ejemplo, en el departamento de ventas de la compañía Uchida Yoko en Tokio, la música suena durante 12 horas desde las 8 a. m., amplificada por 24 altavoces, mientras más de cien personas trabajan. ¿Qué género musical? Jazz o instrumental. A veces también se escuchan sonidos naturales, como el de un río.
Un ejecutivo de la compañía, Nobuhiko Hirayama, le explica a Yomiuri que “los sonidos son relajantes para el oído, así que no afectan el trabajo”.
¿Cómo surgió la idea de poner música? Algunos trabajadores se quejaban de que resultaba incómodo charlar o discutir con sus colegas sobre negocios en un ambiente demasiado tranquilo.
“Antes, nuestra oficina era muy ruidosa con la bulla de los teléfonos o las impresoras, pero después, con el uso de equipos más avanzados y el correo electrónico, la oficina se volvió demasiado tranquila”, revela Hirayama.
Tan tranquila que algunos empleados tenían miedo de hablar para no perturbar a otros.
Ahora, con la música de fondo, el ambiente de trabajo ya no es tan apagado y los empleados pueden hablar de manera relajada, sin miedo a incordiar al resto.
Otro directivo de la compañía, Masayoshi Aihara, subraya que el intercambio entre los trabajadores es importante y contribuye al surgimiento de ideas innovadoras.
¿Tan incómodo puede resultar trabajar en una atmósfera demasiado quieta? Sí para el 53 % de 400 trabajadores encuestados el año pasado por USEN, una compañía de radiodifusión.
Para mejorar el ambiente de trabajo, USEN creó un programa de música de fondo supervisado por un psiquiatra, que actualmente utiliza un instituto de investigación en Tokio.
Ayako Takata, una empleada del instituto, cuenta su experiencia: “Nosotros hacemos un montón de trabajo en computadoras, así que nuestra oficina era un sitio muy tranquilo y éramos renuentes a hablar entre nosotros. Era una especie de círculo vicioso”.
Todo cambió con la música: “Ahora podemos trabajar en una atmósfera más relajada. También podemos trabajar más eficientemente”.
La comunicación entre los empleados no es un asunto menor. De acuerdo con Yomiuri, las empresas consideran que el intercambio de ideas de sus trabajadores (incluso durante los recesos o fuera de las oficinas) y una buena relación entre ellos incrementa la productividad.
Los tiempos cambian. Si antes se procuraba evitar el ruido en el trabajo, ahora –como resalta Kaori Nose, investigadora del Instituto de Ciencias del Trabajo (Kanagawa), “cada vez más empresas se esforzarán por construir ambientes laborales confortables incorporando sonidos y otros elementos para aumentar la productividad”.
Que suene la música. (International Press)
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