La Asociación Japonesa Peruana, AJAPE, ha pedido la mediación de la mediación de las embajadas latinoamericanas en Japón
Funcionarios del Ministerio de Educación nipón han desatendido hasta ahora a todos los reclamos por el cierre de “Arco Iris”, el programa de escolarización más exitoso que fue creado en 2009 para ayudar a niños extranjeros con nulo o poco conocimiento del idioma japonés.
Activistas japoneses relacionados al programa buscan desesperadamente hacer llegar su voz al mismísimo primer ministro, Shinzo Abe, porque consideran que él desconoce lo que está ocurriendo.
Gracias a “Arco Iris” instituciones no gubernamentales pudieron construir eficientes sistemas para enseñar tanto el idioma japonés como para reforzar el aprendizaje de matemáticas, inglés y ciencias entre centenares de niños extranjeros.
La educadora japonesa Etsuko Takahashi es vice-presidenta de AJAPE, una de esas organizaciones que hace cinco años adoptó el programa “Arco Iris” para ayudar en la escolarización de niños latinoamericanos, en su mayoría peruanos, además de bolivianos, argentinos, dominicanos, brasileños y hasta un grupo de asiáticos.
“Queremos alzar la voz para expresar la necesidad de un programa (como el Arco Iris) que es bueno para el futuro de los niños. Debemos hacerlo pensando en el mañana de los chicos extranjeros, porque si a ellos les va bien eso será bueno para Japón”, afirmó la educadora a International Press.
Takahashi es una tenaz y muy conocida voluntaria que desde hace 20 años ayuda a los niños hispanoblantes a educarse mejor en Japón. A finales de los años 90 se lanzó a un campaña para lograr que los adolescentes latinos aún con poco tiempo en Japón fueran a estudiar al koko (la secundaria superior) y guió a decenas de ellos hasta la universidad japonesa cuando se creía que era una empresa casi imposible.
Ahora, sin recursos, AJAPE verá obligada a desarmar el sistema que implementó en el distrito de Yamato, Kanagawa, gracias a “Arco Iris”. La primera semana de febrero de 2015 las clases que hoy benefician a 56 chicos acabarán y a finales de ese mes el piso alquilado para dar las clases deberá ser devuelto a la inmobiliaria.
LAS EMBAJADAS DEBEN AYUDAR
Desde que el gobierno japonés decidió acabar con este programa educativo, Takahashi no se quedó con los brazos cruzados. Tocó la puerta de las autoridades, sustentó sus progresos en la enseñanza del japonés y las clases de nivelación escolar y hasta organizó un forum de discusión sobre el tema para sensibilizar a la dirigencia del país.
Sus palabras no fueron escuchadas, pero aún ella piensa que se puede convencer al Gobierno de que libere más recursos y que se creen nuevos programas educativos en colaboración entre ministerios involucrados y las empresas locales.
Sin embargo, considera que sin apoyo de importantes agentes sociales y sobre todo de los diplomáticos de los países cuyos niños se benefician del sistema no podrá llegar al corazón de los responsables.
“Es mi sueño contar con el apoyo de los diplomáticos, necesitamos la ayuda de los embajadores de los países latinamericanos para divulgar que este programa es bueno para Japón. Hay que hacer saber al primer minstro, Shinzo Abe, sobre lo que ocurre con Arco Iris, o en su defecto pedirle cree otro programa parecido”, manifestó la maestra.
Arco Iris de AJAPE cuenta con 15 profesores, casi todos japoneses, que imparten clases todos los días.
Cuando un niño extranjero llega de su país, el Municipio de Yamato hace contacto con ellos para que el chico inicie su ciclo de aprestamiento en idioma japonés. En otro caso, AJAPE recibe a los padres del chico y los guían hasta la oficinas de educación de la municipalidad.
Además, cada tarde varias escuelas del distrito envían a sus alumnos extranjeros para que reciban las clases de nivelación.
Hay situaciones extremas en que un alumno inmigrante no ha logrado adaptarse a la escuela japonesa y se resiste a ir a clases. Entonces AJAPE vuelve aparecer como una solución efectiva. Recoge al alumno de su casa en una movilidad y lo lleva a un aula especial en la propia institución. Su escolarización básica estará asegurada y cuando esté listo se reintegrará al sistema japonés.
“Les hemos apoyado para que aprendan el idioma y puedan defenderse en la escuela japonesa..
LA VOZ DE UN MAESTRO PERUANO
Jorge Kobayashi es peruano y uno de los profesores del programa educativo de AJAPE. Su preocupación por el cierre de “Arco Iris” es grande porque sabe que los logros son de enorme beneficio para los alumnos extranjeros.
“Les hemos apoyado para que aprendan el idioma y puedan defenderse en la escuela japonesa. Sin eso hubiesen tenido problemas. Los chicos más grandes lograron mejorar sus notas e ingresaron al koko”, resaltó el profesor.
Kobayashi conoce bien el sentimiento de un chico extranjeros que deja la escuela, los amigos y un futuro en su país y llega aquí sin saber el idioma.
Hoy es ingeniero electrónico graduado en Japón. Llegó a los 17 años y gracias a la profesora Takahashi aprendió japonés y siguió toda la ruta hasta la universidad japonesa. Ahora es profesor de matemáticas en AJAPE.
Él también insiste en pedir el apoyo de las embajadas latinoamericanas. “Pido que nos ayuden y den su granito de arena mediando ante las autoridades japoneses para continuar o crear otro proyecto. De lo contrario esta estructura caerá”, declaró Kobayashi. (International Press)