El documento suscrito hace eco de la reciente modificación de la Constitución pacifista nipona.
Japón y Estados Unidos actualizaron hoy su alianza de seguridad por primera vez desde 1997, después de que Tokio impulsara una histórica revisión de su Constitución con vistas a tener un papel militar más activo a nivel internacional.
Los gobiernos de ambos países pactaron hoy en la capital nipona un nuevo documento que refuerza la cooperación estratégica en materia de seguridad, aunque la versión definitiva del acuerdo debe ser ratificada por Washington y Tokio antes de finales de año.
Los dos países tomarán las medidas necesarias para «asegurar la paz y seguridad de Japón bajo cualquier circunstancia», señala el documento, al que ha tenido acceso la agencia Kyodo.
El texto también se hace eco de la reciente modificación de la Constitución pacifista nipona que acaba con la prohibición de usar la fuerza para resolver conflictos internacionales, y que permite por primera vez a Japón ejercer el llamado derecho de «auto-defensa colectiva».
Según el documento pactado hoy, Japón deberá ejercer «de forma apropiada» este nuevo derecho que consiste en defender a sus socios si son atacados, aunque el texto precisa más en este sentido.
La revisión de la alianza tiene lugar después de que el Gobierno nipón subrayara su preocupación por los ensayos balísticos y nucleares de Corea del Norte y por la intensificación de las operaciones marítimas de China, según consta en su último libro blanco de Defensa.
Las inquietudes de Tokio se centran en este caso en el Mar del Sur de China y en el Mar de China Oriental, donde mantiene una disputa territorial con Pekín a cuenta de los islotes Senkaku (Diaoyu en chino).
El documento acordado hoy también contempla ampliar la cooperación bilateral a las áreas aeroespacial y de ciberseguridad, que actualmente no están recogidas en la alianza.
La anterior revisión del pacto de seguridad entre Tokio y Washington tuvo lugar en 1997, cuando ambos países decidieron estrechar su cooperación para hacer frente a la situación en Corea. EFE