Se movilizan 1.000 policías, soldados y bomberos
Los equipos de rescate retomaron hoy sus operaciones en el monte Ontake, cuya erupción en el centro de Japón ha dejado al menos 36 muertos, después de que en la víspera la acumulación de gases en la cima y el temor a una nueva explosión volcánica obligaran a cancelarlas.
El operativo descendió a primera hora cuatro de los 24 cuerpos que aún permanecían en lo alto del volcán.
También esperan ampliar hoy el radio de búsqueda a la cara sur de la cumbre, cerca del cráter, hasta donde no se ha podido acceder todavía y donde existe un refugio de montaña en el que se teme que aún pueda haber montañeros atrapados.
El monte Ontake, segundo volcán más alto de Japón con 3.067 metros de altura y ubicado a unos 100 kilómetros de la ciudad de Nagoya, comenzó a expulsar humo, rocas y cenizas en la madrugada del sábado y desde entonces ha continuado emanando residuos.
Centenares de personas se encontraban practicando senderismo en el volcán en el momento de la erupción, y la mayoría pudieron abandonar la zona por su propio pie o fueron evacuados, los últimos en la mañana del domingo con la ayuda de helicópteros militares.
Pese a la persistente actividad volcánica del Ontake, unos 1.000 efectivos de las Fuerzas de Auto Defensa (Ejército), policía y bomberos participarán en las operaciones de hoy.
La gruesa capa de ceniza que recubre la cima del monte complica la movilidad y la visibilidad de los operarios de socorro, que además han tenido que utilizar chaleco antibalas ante la persistente caída de piedras.
Los forenses de la policía japonesa han indicado que varios de los cadáveres a los que se les ha podido realizar la autopsia hasta el momento presentaban importantes fracturas craneales o en las costillas debido a las rocas que escupió el volcán.
Otros sufrieron quemaduras internas por haber respirado la ceniza.
El suceso ha dejado de momento 69 heridos de diversa consideración. (EFE)