Una vez consagrados no pueden ser removidos, explican
El santuario de Yasukuni honra a 2,4 millones de japoneses caídos en combate entre 1853 y 1945, entre ellos 14 criminales de clase A, de acuerdo con un tribunal penal militar que juzgó los delitos cometidos durante la Segunda Guerra Mundial.
Yasukuni es considerado por China y Corea del Sur como símbolo del pasado militarista japonés. Cada vez que un alto funcionario del gobierno nipón lo visita, Pekín y Seúl protestan enérgicamente.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, acudió al controvertido templo a fines del año pasado, pero ha decidido abstenerse de hacerlo este 15 de agosto, a 69 años de la rendición de Japón en la Segunda Guerra Mundial, para no empeorar las malas relaciones con sus vecinos, según fuentes gubernamentales.
Para evitar que Yasukuni continúe siendo fuente de disputas internacionales, se ha propuesto que los criminales de guerra sean consagrados en un sitio aparte.
Sin embargo, representantes del santuario expresaron su rechazo a la propuesta. Explicaron que una vez que alguien está consagrado no puede ser removido, según la agencia Kyodo.
Asimismo, dijeron que Yasukuni recibe con beneplácito a cualquiera que lo visite y que esperan que lo haga el emperador. La última vez que el santuario fue visitado por un emperador fue en 1975, cuando recibió a Hirohito.
Entre los criminales que alberga el templo figura el ex primer ministro Hideki Tojo (gobernó entre 1941 y 1944), que fue ejecutado en 1948. (ipcdigital)
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