Terratenientes se niegan a vender sus tierras
El Gobierno de Japón alquilará terrenos en la región de Fukushima para almacenar residuos recogidos en las tareas de descontaminación por el accidente nuclear de 2011, después de que muchos de sus propietarios se negaran a venderlos, según publican hoy los medios japoneses.
El objetivo inicial de las autoridades era comprar todas las parcelas necesarias para el almacenamiento de tierra y residuos que contienen isótopos radiactivos recogidos en torno a la planta de Fukushima Daiichi, dañada por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo de 2011.
Pero ante la negativa a vender de muchos de los propietarios, el Gobierno ha decidido optar por cesiones a cambio de una compensación económica, según decidieron el pasado lunes en una reunión representantes del Ejecutivo y de la administración local.
Según el nuevo plan, los terratenientes que quieran conservar sus propiedades podrán hacerlo, aunque el Gobierno se reservará el derecho de uso de las tierras durante un plazo de 30 años, informó hoy la cadena estatal NHK.
Las instalaciones se ubicarán en las localidades costeras de Okuma y Futaba, las más cercanas a la accidentada planta.
Los terratenientes rechazaban desprenderse de parcelas que habían pertenecido a su familia durante varias generaciones, y expresaron su preocupación por el hecho de que las instalaciones se conviertan en permanentes, según la agencia Kyodo.
Por el momento, el Gobierno central no ha divulgado detalles de la compensación económica que recibirán los terratenientes por la cesión de las parcelas, pese a que el Gobierno de la prefectura de Fukushima así lo había solicitado.
El ministro nipón de Medio Ambiente, Nobuteru Ishihara, afirmó que el Ejecutivo «ha ofrecido todo lo que podía» y confió en que las autoridades locales acepten la construcción de las instalaciones, ya que éstas son «vitales para las tareas de descontaminación y recuperación de la zona», en declaraciones recogidas por Kyodo.
Las instalaciones de almacenamiento ocuparán 16 kilómetros cuadrados en torno a la central, y tendrán capacidad para almacenar unos 30 millones de toneladas de tierra y residuos recogidos durante de las tareas de descontaminación.
Los materiales hasta ahora retirados se depositan actualmente en varios terrenos próximos a la central, y el plan del Gobierno es empezar a utilizar las nuevas instalaciones a partir del próximo mes de enero y durante tres décadas, aunque aún está por decidir qué sucederá con los residuos más adelante.
La fusión parcial sufrida por los reactores de Fukushima Daiichi generó grandes cantidades de materiales radiactivos que fueron a parar al aire y se dispersaron en torno a la central.
Estas emisiones mantienen evacuadas a miles de personas que residían en torno a la central y han afectado gravemente a la agricultura, la ganadería y la pesca local. (EFE)
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