Aliado budista del Gobierno teme que el país se involucre en una guerra
El primer ministro nipón, Shinzo Abe, está presionando a su partido y a su socio de coalición para que logren un acuerdo que permita una controvertida reinterpretación de la Constitución pacifista de Japón antes de que acaben las sesiones parlamentarias el 22 de junio.
Según recoge hoy el diario Asahi, Abe ha instado al vicepresidente de su formación, Masahiko Komura, en una reunión celebrada en la víspera en su residencia a que «trabaje duro» para acercar posturas de manera acelerada con Nuevo Komeito, socio del gobernante Partido Liberal Demócrata (PLD).
El objetivo de Abe es lograr que su Gabinete pueda remitir a las Cortes en los próximos 11 días una reinterpretación de la Carta Magna que incluya el derecho del país asiático a ejercer «la auto-defensa colectiva», según el cual Japón podría asistir militarmente a su aliados en caso de que fueran atacados.
Para Abe, la clave reside en reinterpretar el artículo 9 de la Constitución, por el cual Japón renuncia a tener ejército y a declarar la guerra a otro Estado, lo que técnicamente le impide ejercer dichas operaciones de auto-defensa.
Sin embargo, los integrantes de Nuevo Komeito, formación budista y pacifista, desconfían de esta modificación por considerar que puede abrir la puerta a que Japón participe abiertamente en conflictos armados.
Por su parte, el secretario general de Nuevo Komeito, Yoshihisa Inoue, ha desaconsejado acelerar esta decisión sin que se lleve antes a cabo un debate en profundidad sobre la materia, y ha subrayado que en el seno de su partido ni siquiera existe una postura claramente consensuada.
Lograr que Japón pueda participar en operaciones de auto-defensa colectiva y tener un rol militar más activo en un panorama marcado por el ascenso de China en la región se ha convertido en uno de los principales caballos de batalla de Abe desde que llegó al poder en diciembre de 2012.
Para sacar adelante la medida, el primer ministro ha optado por la vía de la reinterpretación, que requiere de una declaración del Gobierno que puede ser refrendada después por las cámaras con mayorías simples.
En cambio, los principales grupos que se oponen a la iniciativa han instado a Abe a que busque enmendar la Constitución, un proceso mucho más largo y complejo que requiere de dos tercios de mayoría parlamentaria y un referéndum posterior.
Japón y Estados Unidos, su principal aliado, tienen previsto haber revisado sus directrices de defensa para finales de este año, por lo que el jefe de Gobierno nipón quiere incluir cuanto antes el polémico «derecho a la auto-defensa colectiva». (EFE)