Más de 50.000 japoneses residen en ese país
El ministro de Asuntos Exteriores de Japón, Fumio Kishida, lamentó hoy el golpe de Estado llevado a cabo por las Fuerzas Armadas en Tailandia y subrayó, que Japón «pide encarecidamente que el sistema democrático sea restaurado con prontitud».
Tras declarar días antes la ley marcial, el Ejército tailandés llevó a cabo ayer el primer golpe de Estado en el país desde 2006, y tomó el control de las instituciones, tras considerar que los últimos intentos del Ejecutivo interino y los antigubernamentales para alcanzar un acuerdo han fracasado después de meses de inestabilidad.
Por su parte, Kishida explicó en declaraciones recogidas por la agencia Kyodo que el Gobierno japonés hará todos los esfuerzos posibles para asegurar la seguridad de sus ciudadanos en Tailandia.
El ministro de Economía, Comercio e Industria nipón, Toshimitsu Motegi, consideró «muy lamentable» la situación.
«Estamos instando enérgicamente a que la situación política del país se resuelva pacíficamente mediante el diálogo», afirmó en rueda de prensa.
Motegi subrayó que Tailandia es un foco de producción muy importante de subsidiarias japonesas y aseguró que el Ejecutivo tomará «todas las medidas para garantizar la seguridad de nuestros ciudadanos y de las empresas japonesas».
Según datos de la cancillería japonesa de octubre de 2012, unos 52.000 japoneses residían entonces en Tailandia.
El golpe militar ha puesto fin a ocho meses de manifestaciones antigubernamentales que han causado 28 muertos y más de 800 heridos.
Este es el duodécimo golpe de Estado que perpetran los militares en Tailandia desde la caída de la monarquía absolutista, en 1932, además de siete intentonas. (EFE)
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